Pedro Serrano
Redes Cristianas
La declaración de Aznar sobre la caja B del partido no ha defraudado. En su declaración como
testigo ha estado soberbio. Soberbio en la acepción peyorativa, es decir, ha estado altivo,
impertinente, arrogante, petulante, magnifico, divino. Eso sí, en su declaración ha hecho grandes aportaciones a la causa abierta contra su partido.
Ahora ya sabemos que no se enteró de nada y que él no era inspector de cajas fuertes ni de
despachos en la sede de Genova; y que se siente muy orgulloso de su partido y de todos los
presuntos implicados en esa caja negra, donde, además de dinero turbio, había una minuciosa y
alargada lista de cantidades supuestamente entregadas a iniciales y nombres que resultan de
cajón, pero que ahora nadie reconoce, salvo esa persona de la que usted me habla, que diría en
su día el otro inefable negacionista de los sobresueldos y del clima, Mariano Rajoy, para referirse al señor Barcenas.
En fin señores, parafraseando a José Mota, “Si hay que ir a declarar se va, pero ir pa na es
tontería”.
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