José Carlos García Fajardo, Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
Traten de imaginar la cantidad de internos en las cárceles que he
podido tratar en las visitas semanales en los últimos treinta años… el
número de presos preventivos por no poder pagar fianza con los que se
violó una y mil veces el artículo 25 de nuestra Constitución.
A todos nos suena Delenda es Monarchia (Acabemos con la monarquía), por
el titulo de un artículo de Ortega y Gasset, publicado en noviembre de
1930. Se trataba de una crítica a la descomposición del Estado del
gobierno del General Berenguer que había seguido a la Dictadura de Primo
de Rivera que hoy nos parece tedioso pero que, en la memoria colectiva,
flotó durante años porque la dictadura de Franco se ocupó de ir
rememorándola de vez en cuando. Aún después de la impuesta
“re-instauración”, vaya palabro, de la forma de Estado español como
Monarquía sin Rey ni Regente ni Príncipe heredero como sería lo suyo, ya
que el Caudillo, ególatra y artero, quería perpetuarse en el poder. Y
su mujer, “La Señora”, no digamos.
La historia es bien conocida, no quiso reconocer al heredero
designado por el destronado rey Alfonso XIII, Don Juan, y maniobró para
distinguir al hijo mayor del pretendiente en el exilio, Juan
Carlos, pero encargándose el déspota de su educación en los inamovibles
principios del Movimiento Nacional. No sin la servil pero poderosa ayuda
de la oligarquía de terratenientes, bánksters y los máximos dignatarios
de la Iglesia católica que hasta le “reconocieron” el inefable derecho a
entrar en los templos bajo palio.
Hay documentos gráficos de Obispos con el brazo extendido entonando
el Cara al sol y respondiendo hasta desgañitarse a los gritos de rigor.
No hay más que decir, recordemos que, a cambio de todo lo que pidieron
en tierras, derechos, privilegios e intervención directa en los supremos
órganos de aquel régimen fascista, desde el Consejo de Regencia a las
poltronas-escaños en las “renacidas” Cortes Generales, calificaron la
Rebelión militar/Guerra civil como “Cruzada nacional por la
cristiandad”. Pero todas estas prebendas de pachás eunucos no es
comparable al poder totalitario que asumieron en la educación en todas
sus formas, desde la infancia a las universidades, fuerzas armadas,
sindicatos, alcaldías, diputaciones etc. amén de la censura más ominosa
en toda forma de expresión y la libre circulación de sus bienes y
prebendas para blanquearlos en el Vaticano y otras marrullerías que
conocemos y que padecimos.
Pues bien, si Catón arengó con su Delenda est Carthago, en este país
mastuerzo se coqueteaba con el Reich, con Il Duce, Pétain y con todos
los movimientos de extrema derecha que imperaban… el Caudillo impuso la
consigna de que éramos “la reserva espiritual de Occidente” y otras
lindezas mientras no cesaban de recitar como un mantra que “España va
bien”… a pesar de masones, comunistas, judíos, sodomitas, socialistas,
separatistas, anarquistas etc. ¿No les recuerda a alguien, también
gallego pero que a fuer de no hacer, flota como el corcho y otros
materiales?
Ahora, después de la vergonzosa abdicación del Rey Juan Carlos en el
actual Rey que padecemos, con todo su entramado de relaciones con
dictadores latinos, reyes y emires musulmanes absolutistas pero que
tuvieran “de donde sacar”. Como decía aquél truhán “a mí no me importa
el cargo, pónganme donde haya de donde sacar”. La ignominiosa dictadura
fue “sucedida” por los dos reyes que había preparado para su sucesión.
Hablaban lenguas y se entendían bien con sus “cousins” árabes sauditas y
con los infumables príncipes del golfo.
Pues bien, aquí tenemos a una atrabiliaria Familia Real, a cargo de los
Presupuestos del Estado, con cuentas nunca declaradas en Suiza,
Luxemburgo, EEUU y otros puertos de amarre que pareció distanciarse de
las tropelías del matrimonio Urdangarín, no, ella nunca supo nada de
negocios y ni de cuentas, ni de firmas.
El actual Rey aparentó un distanciamiento “sanitario” en el que
colaboró a fondo su ultra “monárquica” esposa, Leticia, republicana, de
izquierdas, divorciada y atea profesa, que repetían que “la Ley es igual
para todos”, pero las sentencias ni el trato, no. Así se contrataron
bufetes espléndidos y sensibles a promesas, encargos e intermediarios
para, al final, llevarnos, los ciudadanos españoles y una buena parte de
otra países las condenas recurridas, la libertad sin fianza, el poder
mantener su residencia en Suiza, ¿dónde si no?, poder viajar por todos
los países de la Unión Europea y, a nada que les borbonée… el cuerpo,
seguirán en la estratosfera. Ha sido un escándalo el juicio a Cristina y
a Urdangarín, al que, sin fianza alguna, se le permite residir “como
turista”, sin trabajo ni actividad conocida, en Suiza que no pertenece a
UE.
He querido dejar para el final algo personal y doloroso: aparte de
letrado y profesor de universidad fundé y presidí la ONG Solidarios para
el Desarrollo con sede en la UCM. Sólo les pido que traten de imaginar
la cantidad de internos en las cárceles que he podido tratar en las
visitas semanales en los últimos treinta años… el número de presos
preventivos por no poder pagar fianza con los que se violó una y mil
veces el artículo 25 de nuestra Constitución. Por favor, entren en
Internet y léanlo aunque les brillen los ojos y se les arrugue el
corazón.
“No hay un rey que, teniendo fuerza suficiente, no esté siempre dispuesto a convertirse en absoluto”, Thomas Jefferson.
Twitter: @GarciaFajardoJC
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