J. Jaime Hernández
Poco
antes de que el canciller, Luis Videgaray asegurara que, en el inicio
de la era Trump, importarán más los hechos que las palabras, el
presidente Donald Trump se despachaba desde la Casa Blanca con la
cuchara grande de su retórica anti mexicana para presumir ante un grupo
de líderes empresariales de la “operación militar” que ha puesto en
marcha para deshacerse “de los líderes de las pandillas y los líderes de
los carteles de las drogas” que están ilegalmente en EU.
“Estos son los tipos malos que han llegado a este país y que hemos
deportado a un ritmo que nadie ha visto antes. Esta es una operación
militar … Y lo hemos hecho porque gran parte de esta gente está aquí
ilegalmente. Sí, todos ellos son duros. Pero no tan duros como nuestra
gente. Así es que tenemos que sacarlos”, aseguró Trump.
Las palabras de Trump, cargadas de desdén y beligerancia hacia México
—“Si hay un acuerdo con México, bien. Y si no, pues también”—, iban en
sentido contrario al cuidadoso discurso que casi a esa misma hora
dirigía John Kelly, el Secretario de Seguridad Interna, desde la Ciudad
de México:
“Quiero ser muy claro; no habrá deportaciones masivas y no habrá
ninguna intervención de la fuerza militar durante estos operativos”,
aseguró Kelly.
¿A quien creerle?. ¿Al presidente Donald Trump quien, poco antes,
había presumido de la operación militar que ha puesto en marcha para
deshacerse de los “bad hombres”?.
¿O a su Secretario de Seguridad Interna, John Kelly, quien ha
prometido deportaciones muy cuidadosas, muy humanitarias y sin la
intervención de las fuerzas armadas?.
El contradictorio mensaje de Donald Trump y sus Secretarios de
Estado, Rex Tulleron; y de Seguridad Interna; John Kelly, ha dejado en
evidencia lo que ayer resumió el canciller mexicano, Luis Videgaray:
“En este proceso importarán más los hechos que las palabras”.
Traducción: no haremos mucho caso a los exabruptos o dislates de
Donald Trump, un presidente que se ha atascado en el modo de campaña
electoral, mientras aprende a ser presidente de la nación más poderosa
del mundo.
Al mensaje de Videgaray (que seguramente deslizó para no emponzoñar
el dialogo y las negociaciones entre ambas naciones con las groseras
ocurrencias de Trump), se sumó hoy mismo la urgente aclaración desde el
Pentágono:
“Las fuerzas armadas no están implicadas en redadas y deportaciones de inmigrantes ilegales”, aseguraron.
A su vez, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, trataba de
quitarle hierro al asunto, pero sin reconocer del todo, la metida de
pata del presidente:
“El Presidente estaba describiendo claramente la manera ordenada y
profesional en que sus órdenes ejecutivas se están implementando, y el
énfasis de la administración en la eliminación de criminales peligrosos
que están aquí en los EU ilegalmente”, dijo el portavoz al asegurar que
el término militar lo usó sólo como un “adjetivo”.
La confusión creada por Trump —quien una vez más dejó en evidencia su
ignorancia supina y su propensión a mentir o exagerar—, sumada al
mensaje contradictorio de sus enviados a México, dejó en evidencia que
Rex Tillerson y John Kelly tienen ante sí una difícil tarea a la hora de
recuperar la credibilidad y la buena voluntad política del gobierno
mexicano que, al parecer, intentará hacer oídos sordos ante las palabras
necias de Donald Trump.
Pero, además, resaltó la enorme dificultad que tendrá el gobierno de
Enrique Peña Nieto a la hora de conciliar los mensajes que prometen, por
un lado, “redadas humanitarias y apegadas al derecho”, con el discurso
ofensivo de Donald Trump y el drama de madres de familias, como
Guadalupe García de Rayos, quien fue deportada el pasado 8 de febrero; o
de jóvenes Dreamers como Daniel Ramírez Medina, quien permanece
detenido tras ser capturado el 10 de febrero en la ciudad de Seattle por
su supuesta vinculación a una pandilla.
Por cierto. Ninguno de los dos figuraba en la lista prioritaria de
“criminales, líderes de pandillas o de los carteles de las drogas”, como
ha asegurado el presidente, Donald Trump, al presumir de la “operación
militar” que ha puesto en marcha para deshacerse de “los tipos malos
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