fe adulta
Me llamo María José Amor y cada semana recibo vuestros comentarios y artículos. El otro día se publicó en un diario catalán un artículo que considero muy interesante aunque, no es novedoso ya que el hecho data de los años 70, cuando se descubrieron los papiros de Qumram. Está escrito en catalán y os hago un pequeño resumen:
Entre otros entendidos, se le dieron a un jesuita papirólogo: el P. O'Callagan, que, aunque tenga ese apellido irlandés era catalán, una serie de papiros para traducir e interpretar.
Y entre ellos, muy deteriorado, encontró uno que relataba un fragmento del evangelio de Marcos. Concretamente, el milagro de los panes y los peces. Este descubrimiento lo presentó, como es lógico, en un Congreso, Simposium o algo similar de Teología.
Y daba la casualidad de que, si se admitía como válido, la teoría de que los evangelios fueron escritos muy posteriormente a la muerte de Jesús, los sinópticos basados en documento Q, se vendría abajo. Por tanto, estarían escritos como mucho 20 y pocos años después de la crucifixión, ergo, por contemporáneos suyos.
Pero claro, ¡cualquiera discute a los Doctores de la Santa Madre Iglesia! así que todo el trabajo de esta persona quedó en el olvido.
Como la familia O'Callagan es de mi barrio, conozco de viva voz cómo sucedió. Es más, él el trabajo lo realizó en Roma y cuando volvió a Barcelona, Sant Cugat concretamente, no quiso volver en avión por si todo el material informático que traía se perdía. Y esta cuñada y su marido fueron en coche a buscarlo.
Y ahora, al cumplirse el centenario de su nacimiento, el diario "ARA" lo acaba de publicar.
Esperemos que al menos no quede en el olvido su trabajo.
Y aquí os dejo la traducción al castellano del artículo escrito por Sílvia Marimon Molas:
Entre 1947 y 1956 se descubrieron 25,000 fragmentos de manuscritos bíblicos, los más antiguos encontrados hasta ahora en once cuevas deKhibert Qumram, en la costa NO del Mar Muerto a unos 40Km de Jerusalén.
Se trata de manuscritos de hace más de 2.0000 años, escritos principalmente en hebreo aunque también en griego y arameo.
Josep O’Callagan Martínez, (Tortosa 1922-Sant Cugat del Vallés, 2001), experto en Sagradas Escrituras, paleógrafo y papirólogo estudió principalmente la Cueva 7, donde los textos están todos en griego centrándose en descifrar el fragmento 7Q5, que, como comentó el Profesor de papirología Alberto Nodar en las Jornadas en la Universidad Pompeu Fabra en homenaje a este jesuita: “intentó identificar pasajes del Antiguo Testamento encontrándose un fragmento del Nuevo Testamento. Esto tuvo un gran impacto ya que significa que el NT fue escrito en la primera mitad del SI y no, a lo largo del SII”.
Y es que el papiro más antiguo del Evangelio reconocido oficialmente es el P52, que corresponde a San Juan, escrito a mediados del SII, o sea un siglo posterior a este hallado, el 7Q5.
En este papiro, concretamente en la línea 3 se lee: και que es la conjunción copulativa “y”. En la línea 4 se lee: ν̣νησ̣ (los puntos bajo las letras significa que no se leen bien), parte de la palabra Γεννεσαρἐτ (Genesaret), nombre del lago que aparece tras la multiplicación de los panes y los peces: Marcos 4:52-53. “Esto fue clave para la hipótesis de O’ Callagan” continúa diciendo Nodar.
Pruebas paleográficas
La dinastía ptolemáica se encargó de traducir al griego la Biblia judía y según Nodar: “Como a la Biblia se le dio la misma categoría de los grandes textos griegos, constituyéndose un Consejo de 70 sabios para hacer traducciones del hebreo al griego y por tanto se encuentran fragmentos del AT desde el SII aC.
La prueba de que el 7Q5 se escribió en el SI dC se encuentra en la escritura que está realizada en un estilo llamado Zierstil, en alemán o estile apicato en italiano, escritura utilizada entre el SII aC y el SI dC.
¿Qué significaría por tanto avanzar un siglo en la redacción de los primeros textos del NT?
Pues, sigue diciendo Nodar “Significaría que fueron escritos pocos años después de la muerte de Jesucristo por personas que habrían conocido y tenido alguna relación con el Cristo histórico”.
Cuando O’Callagan hizo públicas sus conclusiones el 1972, se desató una gran polémica.
Por un lado, recibió mucho soporte pero también muchas críticas entre papirólogos tanto religiosos como políticos.
Y es que si se aceptara que los Evangelios fueron escritos poco más que 20 años tras la muerte de Cristo, estaríamos apoyando que en los textos del NT habría una fuente histórica y no una creación literaria y folclórica como opinan muchos teólogos.
Cuando O’Callagan hizo el descubrimiento lo comunicó al Vaticano y la respuesta fue que tendría que identificar más fragmentos.
Entonces él identificó el 7Q4 como un fragmento de los capítulos 3 y 4 de la primera carta de San Pablo a Timoteo y Nodar asegura el 7Q5 tiene más consistencia a ser el relato evangélico desde el punto de vista papirológco ya que el citado 7Q4 presenta dificultades en el contexto histórico ya que parece ser extraído de un formato de lujo y lo lógico es que entonces las primeras versiones del NT circulasen en forma de panfletos como parece ser que está el 7Q5. Y Nodar sigue insistiendo de que la hipótesis de O’Callagan ya que todo conocimiento del mundo antiguo se realiza paso a paso.
Críticas
El Vaticano consideró esta hipótesis (o tesis) tenía consistencia suficiente para ser publicada en la revista del Instituto Bíblico Pontificio Bíblica bajo el título ¿Papiros neotestamentarios en la cueva 7 de Qumran?
Una vez salió a la luz trajo como consecuencia las críticas más furibundas provenientes de las corrientes defensoras de que los Evangelios habían sido prácticamente inventados y escritos con gran posterioridad a los hechos.
En una entrevista de Germán Mckenzie González a O’Callagan en 1995 éste argumentaba que
“¿Cómo hacer cambiar de posición a eminencias del mundo que tienen ya establecidas sus bases ante las propuestas un joven desconocido en el campo bíblico internacional? Porque aunque en el ámbito papirológico yo era conocido no era así en el campo bíblico. Y si no se es papirólogo, hay cosas que pasarán desapercibidas”.
Al final de la entrevista opina sobre lo que llama “su aventura científica”:
“Ha habido de todo. Ha sido a la vez una bendición, un calvario y una gloria con momentos muy intensos. Pero por encima de todo, un esfuerzo para servir a Dios y a la Iglesia.
Según su sobrina, Mercedes Palau Ribes, debatió horas y más horas con expertos y el mayor apoyo lo recibió de los papirólogos. Que iba siempre con pies de plomo y que incluso en 1971, aun comunicando por carta a sus padres que había hecho un descubrimiento muy importante, no especificó nada hasta hacer todas las comprobaciones pertinentes.
En las primeras épocas, respondió y argumentó todas las críticas hasta que al final se cansó, quedando en el olvido hasta que en el 1984 hasta que el biblista anglicano Carsten Peter Thiede resucitó la teoría del jesuita en el libro “¿El manuscrito más antiguo de los Evangelios? El fragmento de Marcos en Qumram y los inicios de la traducción del Nuevo Testamento”.
Esta obra cuya primera versión fue en alemán fue traducida al castellano, neerlandés y el italiano.
En el Simpósium realizado en 1991 en la Universidad de Eichstätt (Alemania), donde según explica su sobrina, O’Callagan no quiso ir argumentando que “mejor que lo discutiesen los expertos”, hubo quien se pronunció a favor pero también quien lo hizo en contra, habiendo trabajos en este sentido de autores norteamericanos, alemanes, franceses, belgas, holandeses etc., pero ninguno italiano ni español.
Y resultó que la mayoría de papirólogos estuvieron a favor y los biblistas en contra, aunque por unanimidad reconocieron el gran rigor de su trabajo.
Su sobrina prosigue:
“Aunque sufrió mucho por los ataques personales y sabiendo además que moriría sin que su trabajo fuera enteramente aceptado no se hundió sino que continuó trabajando en otras cosas estando muy seguro de su hallazgo que, al principio, ni él mismo se lo podía creer.”
Y, prosigue la sobrina:
“En julio del pasado año el sacerdote Albeiro Rodas Torres publicó el siguiente libro: Papiro 7Q5: A medio siglo de la identificación de O'Callaghan. Es decir, este descubrimiento prosigue en la actualidad.
Argumentos y contraargumentos a la tesis de O'Callaghan
El tamaño
Una de las críticas era que el fragmento identificado era insignificante: 3,9 por 2,7 centímetros. A lo que jesuita catalán respondió que en la papirologia este detalle es frecuente e incluso a veces hay papiros válidos de menor tamaño.
La letra "n"
· Algunos detractores aseguraban que la letra "n" era muy borrosa. En abril del 1992, la División de Identificación y Ciencia Forense de la Policía Nacional de Israel analizó la letra en cuestión, hecho que fue retransmitido por la televisión de Baviera. Pues bien, los científicos reconocieron y afirmaron que esa letra era realmente la "n".
Podría ser otro texto
· Se llegó incluso a decir que este pasaje podría corresponder al “Libro de Enoc”, un apócrifo del AT. A esto, O’Callagan respondió con opiniones de prestigiosos papirólogos tales como Carsten Peter Thiede, Herber Hunger o Marta Sordi.
El legado documental del jesuita tortosino
O'Callaghan dejó como legado una colección de más de 3.000 textos, la mayoría en griego, pero también en árabe o copto. La mayoría son textos cristianos, pero también los hay de literatura clásica. Tienen un gran interés porque son de los primeros siglos del cristianismo y actualmente se conservan a l'Arxivo Histórico de la Compañía de Jesús.
Les cuevas de Qumran
Roland de Vaux, entonces director de la Escuela Bíblica i Arqueológica Francesa de Jerusalén, defendió la teoría de que las cuevas sirvieron de refugio en la revuelta contra los romanos y que los papiros habían sigo guardados allí para evitar su destrucción. Actualmente se cree que los tenían allí depositado los esenios aunque no queda claro el para qué fueron utilizadas las cuevas.
Los documentos hablan de la comunidad, aunque lo más probable es que no solo se refiriesen a los que vivían en Khirbet Qumran, sino también a otros grupos que vivían en la costa occidental del mar Muerto.
En Khirbet Qumran se calcula que podían vivir entre 40 y 150 personas y, una vez al año, se reunían para jurar fidelidad y celebrar Pentecostés.
Sílvia Marimon Molas (ara.cat)
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