Tras contemplar, tele por medio, las vísperas barcelonesas de la semana anterior el realismo mágico de la abogacía me presenta el subyugado y subyugante nacionalismo español enterrado como los restos de don Francisco con una losa de toneladas de piedra berroqueña, de invisibilidad querida en quienes atiendo. ¿Nacionalismo de izquierda?, ¿nacionalismo de derechas?. No. Puros caprichos de don Francisco….De Goya y Lucientes.
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