España eliminada del mundial

Pedro Castilla Madriñán

Redes Cristianas

Advierto la generalizada desolación de no pocos amigos y amigas y, a través de los medios, la de otras muchas personas. El motivo radica en la eliminación de España del mundial de Rusia. Contrasta, en esta ocasión, con mi extrañada indiferencia. Ese desconsuelo lo hubiese sentido también hace unos años y, sin embargo, hoy no me ha producido ningún sentimiento adverso. ¿Habré dejado de ser patriota? Claro que tengo una concepción muy particular de lo que significa el hermoso concepto de Patria. Y me respondo que no.

Inmiscuyendo en mi chocante postura, llego a la siguiente conclusión: Llevo ya numerosos años observando el sufrimiento de los desempleados de mi tierra, gran parte de ellos gente cercana e incluso familiares, con dramáticas condiciones de supervivencia. Y no hablar del enojo que provoca el observar la precariedad laboral que se ha instalado en la Zona, cuya explotación raya la esclavitud. También el padecer la aflicción de ver como tantos trabajadores de la Comarca tienen que acudir a los juzgados, una y otra vez, por cometer el “delito” de exigir unos tradicionales derechos laborales que les niega la actual Reforma Laboral. El pesar de observar la cantidad de jóvenes que tienen que abandonar su tierra, amigos y familia, en búsqueda de un trabajo que, en la mayoría de los casos, se ven defraudados a retornar con las manos vacías.

La angustia de las familias desahuciadas, la terrible soledad y el abandono callejero de las personas sin hogar, el alarmante precio de los alquileres que les impiden a tantos jóvenes poder independizarse o formar una familia. La preocupante exclusión social de personas, familias y barrios que se extiende como una epidemia. El inquietante aumento de la pobreza y, con ella, las prácticas de actividades ilícitas como único medio de poder sobrevivir. Abatido, muchas veces me pregunto ¿Dónde se encuentra la Dignidad Humana, promulgada como un derecho inalienable en nuestra Constitución? Por supuesto que muy alejada de los bancos de alimentos o comedores benéficos. Y es que la Caridad sin Justicia se convierte en un esperpento de la Solidaridad.

La zozobra nos inunda, mientras se celebra este mundial futbolístico, al enterarnos de que en nuestras costas mediterráneas aparecen más de un centenar de migrantes ahogados. La inquietud nos asola al saber que ya son miles de personas las que han dejado sus vidas en este cementerio de la vergüenza mundial, como es el Mediterráneo. Nos irrita conocer que la solución que propone la Unión europea a tan pesaroso drama, es la de continuar construyendo más CIES por toda Europa. Cárcel en lugar de vida. El abatimiento llega a nuestros corazones cada vez que nos ofrecen noticias de los refugiados o cada vez que nuestros pensamientos se dirigen a ellos. Y así…

¿Qué significa un penalti no marcado y que nuestra selección de futbol tenga que regresar a casa, como ya lo hicieron otras, frente a tanto sufrimiento, enojo, aflicción, pesar, desesperanza, angustias, soledad, abandono, exclusión, inquietud, abatimiento, indignidad, zozobra y muerte?
¿Estaremos perdiendo la sensibilidad humana ante las injusticias o el sufrimiento ajeno? ¿O nos están incubando cuales deben ser nuestros sentimientos de felicidad y angustias?
La respuesta está en el viento, diría Bob Dylan, pero también en nuestras convicciones, cuando se dejan inundar de ese aire puro, libre y humano.