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Ernesto Viento
Hace unos días comentábamos que la tregua en Siria parecía estar llegando a un punto sin retorno. Esas intuiciones se han confirmado, y desde ayer, han vuelto a las hostilidades al país.
Se trata sin duda de una pésima noticia. Viene a confirmar que no es posible encontrar una forma de encontrar algún tipo de acuerdo de paz en esta región del mundo, y que la guerra continuará hasta que se pueda hablar claramente de vencedores y vencidos, algo que resulta peligroso, ya que ninguna de las partes quiere verse como vencida, y no sabemos lo que serían capaces de hacer cuando los indicadores estén en contra.
Obviamente, nuestros medios de comunicación, que forman parte importante de la guerra ideológica, han obviado las rupturas de la tregua de los grupos armados opuestos al gobierno sirio, y tampoco han dado a conocer el bombardeo del ejército sirio por parte de Estados Unidos, que causó más de 70 bajas. En cambio, las cadenas de televisión han divulgado sin pudor que ‘Estados Unidos acusa a Rusia y Siria de atacar un convoy humanitario en Aleppo’, bajo la única prueba de que se ha tratado de un ataque aéreo (solamente Rusia y Siria tienen control aéreo sobre esa zona). La ONU, que afirmó en un principio que efectivamente se había tratado de un ataque aéreo, reconoció al día siguiente que no había muchos datos que afirmasen esos hechos. Por supuesto, esta retractación no se ha visto en ningún medio de comunicación.
La conclusión más evidente de la ruptura de la tregua es que no se puede separar el yihadismo radical de lo que nuestra prensa llama los ‘rebeldes moderados’. El ‘Frente Al-Nusra’, antes llamado ‘Al Qaeda en Siria’, lleva años colaborando mano con mano con otros grupos rebeldes, apoyados por Occidente, y a la hora de la verdad, Estados Unidos se ha visto incapaz de separarlos. La tregua pretendía lograr que algunos de esos grupos de ‘rebeldes moderados’ abandonasen las armas, pero ha podido verse que hoy en día todos los grupos de oposición al gobierno sirio funcionan como una unidad, sea cual sea su origen y fuente financiera.
El ISIS, por su parte, funciona como otro ente autónomo en Siria, aunque comparte objetivos, ideología y metodología con el yihadismo radical. De hecho, surge inicialmente en el año 2014 como una subdivisión de la propia Al Qaeda. Sus diferencias actuales con el resto del yihadismo radical se reducen solamente a la identidad de sus financiadores, que en el caso del ISIS deben buscarse en Arabia Saudí, los Emiratos Árabes y Qatar.
Con la reanudación de los combates, ahora la guerra es una batalla contra reloj antes de las elecciones de Estados Unidos, ya que la nueva presidencia sin duda cambiará los elementos de la batalla, muy probablemente en dirección a un aumento de la belicosidad por parte de los USA, en contra del gobierno de Al Assad. Rusia y Siria van a intentar jugar durante estas pocas semanas la baza de Aleppo.
Aleppo es la segunda ciudad en importancia de Siria, después de la capital Damasco. Pero es, además, el centro económico y cultural del país, aparte de ser el centro de la tolerancia y la multiculturalidad; podría ser el Nueva York de Siria. Sin embargo, esta ciudad se está convirtiendo en el Stalingrado del siglo XXI, aunque con carácter inverso: ahora son los rusos los que, junto al ejército sirio, han sitiado parte de la ciudad, la parte que está tomada por el yihadismo radical, ese Frente Al-Nusra del que hablábamos antes.
Se trata de una ciudad estratégica, que domina todo el norte de Siria. Si Aleppo es liberada por el ejército sirio, se habrá dado un gran paso hacia el final de la guerra, y hacia una estabilización de la zona, que haría menos justificable un incremento de las fuerzas extranjeras intervinientes en el conflicto.
Por tanto, podemos esperar un recrudecimiento de la guerra en torno a Aleppo y a otros puntos calientes durante las próximas semanas.
The Guardian
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