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Enviado a la página web de Redes Cristianas
Queridos amigos de Redes Cristianas:
Les escribo para compartir con Uds. el testimonio del vocero de los Laicos de Osorno, respecto de la visita que el cardenal Gerhard Müller ha realizado en estos días.
Acá mucha gente ha quedado impresionada por sus comentarios, que recuerdan aquella “dureza del corazón del hombre”, que esgrime Jesús a quienes lo querían sorprender con la Ley mosaica del divorcio.
Juan Carlos me ha pedido difundir su opinión y me ha autorizado a compartirlo con Uds, con la idea que ojalá puedan publicarlo. En su testimonio incluyó un evasivo encuentro con el nuncio del papa en Chile.
Me despido agradecido como siempre,
Marco A. Velásquez U.
Desde Santiago de Chile
Tras un retraso en el avión que lo traía a Chile, el viernes 06 de Noviembre llegó a suelo nacional el cardenal Gerhard L. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Llegó un día después de la Declaración del Cardenal Ezzati ante la Corte de Apelaciones y se fue el 10 de Noviembre, un día antes de que haga lo propio Karadima, en la demanda que sus víctimas interpusieron contra el Arzobispado de Santiago.
Su estadía fue corta y su agenda apretada. Su última actividad pública fue una conferencia en el Centro de Innovación UC, donde expuso sobre el rol de las universidades católicas.
El lunes inauguró la 110ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile. En su homilía realizó un paralelo entre la Iglesia primitiva y la Iglesia chilena de hoy; ambas, según él, perseguidas. Luego, expresó que Jesús fundó la Iglesia sólo con hombres y, ante la pérdida de fieles, hizo un llamado a preocuparnos de ser fieles al Señor más que preocuparnos de quienes se van. Muchos lo interpretamos como “el problema es de ellos, no de nosotros”.
Desanimado decidí incorporarme en el momento de las preguntas. Las respuestas del cardenal me llamaron mucho la atención, las apunté en mi teléfono y, antes de escribir este testimonio, pregunté a varios amigos presentes si acaso escuché y anoté bien. Me confirmaron que sí. Aquí van algunas de esas frases:
“Quien no cree y no entiende la verdad que Dios existe, tiene un problema intelectual”
“En el sínodo me negué a hablar sobre los homosexuales, pues sólo existen hombres y mujeres”
Un profesor amigo, sabiendo de mi presencia, realizó una pregunta relativa a la situación de Osorno. El Cardenal señaló que había visto videos al respecto.
“Es Dios mismo quien elige al obispo y Dios se expresa en el Papa. Claro, no todas las decisiones del Papa son infalibles, pero ¿quienes están contra una decisión del Papa?, ¿cómo se pueden llamar católicos? Si todos somos pecadores, ¿cómo poder decir este obispo no?”.
Yo me preguntaba: ¿Dirá todo esto el cardenal en Europa con tanta liviandad? ¿Qué doctrina está defendiendo el Prefecto?
Al final de la conferencia me acerqué al Nuncio Apostólico, don Ivo Scapolo, que se encontraba cerca. Al percatarse de mi presencia cambió de lugar. Lo seguí y él se fue a otra parte de la sala a compartir con el rector de la UC, don Ignacio Sánchez. Allá fui a verlo. Interrumpí y los saludé: “hola rector, disculpe. Don Ivo…”. No alcancé a terminar cuando el nuncio volvió a escaparse. Tuve que tomarlo por la espalda para captar su atención.
¿Nos recibirá? Le pregunté.
“¡No!” Me respondió. Y volvió a alejarse mientras el rector observaba sorprendido.
Nuncio, usted el 31 de Julio, cuando dio respuesta a la solicitud de audiencia que le pedí hacía tiempo atrás, me dijo: “estando las cosas como están, no tomaremos en cuenta su solicitud”. Y desde que supo la filtración del video, ¿las cosas ya cambiaron, no cree?
“Sí, dije eso, pero las cosas siguen igual”.
Pero Nuncio, queremos dialogar.
“Haga un examen de conciencia y después pida audiencia”.
Pero eso es personal. ¿Cómo sabrá usted si lo hice para concedernos una audiencia? Queremos hablar con usted.
Lo sentí molesto, cuando me dijo:
“Si ya le ha escrito al Papa, ¿qué más quiere? Hable con los sacerdotes de Osorno, con seguridad le avivarán…
Pero Nuncio, el clero sufre en Osorno.
Allí el Nuncio con su mano en alto me aleja y dice “¡Ya basta!.”
Todo ocurrió frente al rector Ignacio Sánchez, a quien lo ví incómodo.
Comparto esto con dos propósitos. Primero, para dejar constancia escrita de esta situación. Y segundo, para documentar que hay un problema mayor en la Iglesia, como es la negación al diálogo; ello viene de la jerarquía y no de nosotros, los laicos; es la jerarquía que se niega a hablar y cuando pedimos ayuda, nos cierra la puerta.
Con los dichos del Prefecto y la negación de don Ivo Scapolo, es evidente que Barros está muy respaldado por gente poderosa.
Santiago, 10 de Noviembre de 2015.
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