20 enero, 2014 Por Marian
Concluyen en Roma las Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana. En ellas han participado Borja Pérez de Santander y vocal de promoción vocacional en la Secretaría Ejecutiva Regional de los Salesianos Cooperadores, Irune López de Barakaldo y responsable de orientación de la Inspectoría y Marian Serrano de Pamplona y delegada de Comunicación, las dos también Salesianas Cooperadoras.
Marian Serrano
Entre el 16 y 19 de enero han tenido lugar las XXXII Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana en Roma. Un total de 420 participantes de los que 45 eran españoles, de los diferentes grupos de la Familia Salesiana y de todas las Inspectorías. Cuatro días para conocer como vivir la espiritualidad que Don Bosco vivió, para sentirla, experimentarla y poder contarla.
Todas las ponencias, los testimonios, los vídeos de las jornadas y las fotografías pueden encontrarse en www.sdb.org: Jornadas de Espiritualidad. Algunas imágenes recogen lo vivido, y seguramente los participantes de España lo llevarán hasta sus casas, obras y presencias.
A la pregunta, ¿qué te llevas de estas jornadas? Hay una respuesta común: sentido de familia, dimensión de universalidad, una mochila llena de ideas, de propuestas para la acción, de actitudes para la vida y algunas respuestas más concretas: “Debemos cuidar mucho más la dimensión espiritual de los educadores de nuestras obras y de los miembros de la Familia Salesiana de nuestras casas, para que verdaderamente podamos desarrollar nuestra tarea educativa y estar presentes entre los jóvenes con la conciencia de vivir cada momento en la presencia amorosa de Dios”.
En todo momento han estado presentes los jóvenes, como destinatarios y protagonistas. Las familias como espacios, como comunidades para la evangelización, y la Familia Salesiana como movimiento espiritual apostólico, tal y como ha insistido en varias ocasiones el Rector Mayor y eso ha hado sus frutos ya en las primeras horas y así lo expresaba una Salesiana Cooperadora participante: “Tenemos que fortalecer el sentido de Familia Salesiana y los lazos que nos unen, de cara a poder sacar adelante proyectos sólidos que respondas verdaderamente a las necesidades de nuestros jóvenes, codo con codo, uniendo esfuerzos, con un mismo corazón y compartiendo alegrías y sufrimientos”.
Interesante experiencia, intensa, recomendable… Y se podría seguir.
Tal y como expresaba Don Pascual Chávez, Rector Mayor: Son estas las últimas jornadas en las que don Adriano y yo las viviremos como vicario y rector mayor respectivamente, pero lo bueno es que esto no para y la familia salesiana debe seguir avanzando en su camino, en su misión y comunión, aumentando y multiplicando su caridad pastoral con el foco puesto en la santidad, la propia y la de los jóvenes.
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