Lo ha concelebrado el obispo de la Diócesis con más de 20 curas en la Parroquia de la Divina Pastora.
No salía de mi asombro. Creí estar en el siglo pasado. Una liturgia muy
recargada al estilo preconciliar con cantos en latín, letanía de los
santos, oraciones cantadas, el santo cantado también en latín y una
homilía del obispo que no ha tenido en cuenta que el cura fallecido era
un cura obrero, trabajador de los Astilleros Españoles (hoy Navantia) en
Puerto Real. Una persona, sencilla y honesta que quiso vivir su vida
como cura, siendo uno más de los muchos trabajadores de los astilleros
en Puerto Real.
Entiendo que el obispo lleva poco tiempo
aún en la diócesis y podría no conocer bien a Pepe en su historia
personal (aunque lo dudo), pero si no lo sabía, debieron informarle bien
los que le rodean en el gobierno de la diócesis. Es que no hizo ni una
sola alusión a su vida obrera.
Pepe, es el 2º por la derecha, agachado
Tampoco hubo espacio para que algunas personas pudieran exponer en público lo que Pepe les había aportado en sus vidas.
Tuvo que ser al final que tres personas intervinieron para intentar
decir muy brevemente algo de lo que no se había dicho en todo el
funeral, como que Pepe les había aportado mucho y que él había sido un
cura obrero.
Mucho cantos en latín, mucha parafernalia alrededor del obispo, pero
un funeral frío, sin participación de la comunidad allí presente,
reunidos en memoria de nuestro compañero Pepe. Una persona que, por su
sencillez y su compromiso con el mundo obrero ha dejado una gran huella
en muchas personas que lo trataron. Porque Pepe era una persona honesta a
carta cabal, sencillo, servicial.
Pensaba el día de su ordenación en Puerto Real, con otros curas
obreros aquellos símbolos del mono y el casco en el altar como
compromiso con el mundo obrero, tan distinto a este día de su funeral
tan desencarnado y frío, tan “litúrgico” a la antigua usanza. parecía
que estuviéramos en tiempos anteriores al Concilio. Yo no salía de mi
asombro.
Yo, estos últimos años, apenas había tenido trato con él. Pero hemos
compartido mucho en nuestros años de estudiantes en San Bartolomé y en
nuestros primeros años como curas obreros. Él venía con frecuencia a
nuestra casa para compartir inquietudes y experiencias: él en Puerto
Real con otros compañeros y yo en Cádiz, con otros compañeros.
Mis últimos contactos con él fueron en algunas manifestaciones
habidas en Algeciras, viviendo yo en La Línea en las que coincidimos en
la lucha por causas populares, como el rechazo a la presencia del
submarino nuclear Tirelees en Gibraltar y otras.
Pepe, en el Estadio Carranza. De pie, el 1º por la izquierda.
Pepe: aunque no se te haya reconocido hoy en el funeral de tu
despedida, todos te valoramos y tenemos muy presente tu compromiso de
muchos años en el mundo obrero.
Ese compromiso que, por desgracia, hoy no suelen tener las nuevas
generaciones de curas que están saliendo. Y es que tú sí tuviste “olor a
oveja” para entender que el cura debe estar compartiendo su vida con
los sectores populares, como uno más, sin privilegios, sin pagas del
Estado, viviendo de su propio trabajo, como decía Pablo.
Descanse en paz Pepe Vitini, cura obrero.
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