Enviado a la página web de Redes Cristianas
16 de enero de 2014
Estimado Papa Francisco,
Con un fraternal saludo en Cristo nos dirigimos a usted desde la Red
Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir, un movimiento
autónomo de personas católicas y feministas, comprometidas con la
búsqueda de justicia social en América Latina, que impulsamos acciones
en el marco de la defensa y promoción de los Derechos Humanos de las
Mujeres en 12 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,
Chile, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y España
como país asociado.
Como todo el pueblo católico, vivimos la
expectativa de los buenos auspicios de su pontificado que se anunció
como un cambio positivo en la Iglesia y apostamos a la esperanza de ese
cambio que incluyera a las mujeres, el respeto a los Estados laicos, a
la diversidad y sobre todo al compromiso con los desafíos en relación a
la vida real y concreta de todas las personas, especialmente de las más
pobres y excluidas. De hecho, reconocemos que hay transformaciones que
empiezan y son importantes y significativas para la Iglesia. Pero, como
mujeres solidarias con las mujeres de nuestro continente, comprometidas
con la lucha por la justicia social, no podemos guardar silencio ante su
última declaración sobre quiénes son los seres humanos “descartables”
en el mundo actual.
Es verdad que podrían evitarse muchas interrupciones de embarazos si
todas las mujeres del continente tuviéramos educación sexual para
decidir y acceso a anticonceptivos modernos para regular la fecundidad y
ejercer el derecho a procrear en el momento más oportuno para que la
maternidad sea vivida como una opción gozosa y no como simple destino
biológico o como una imposición cultural. Pero, Usted bien sabe, que la
desigualdad de este continente todavía está lejos de ser superada y que
las mujeres más pobres están expuestas a maternidades obligadas en
contextos de mucha violencia, con todo el costo que implica para ellas y
para el conjunto de nuestras comunidades.
Nosotras, como mujeres católicas y como la mayoría de las personas de
diferentes credos y convicciones, así como muchas de las personas que
no comulgan con credo religioso alguno, le asignamos un valor a la vida
en gestación, pero ese valor no puede ser mayor que el que asignamos a
las mujeres y sus decisiones en situaciones difíciles. Sabemos que las
mujeres que se ven en la necesidad de interrumpir sus embarazos, han
tomado esa decisión de acuerdo con los dictados de su conciencia,
motivadas por diversos factores en los que siempre están en primera
instancia el bienestar de los demás, sobre todo de sus hijos.
Existe una alta tasa de mujeres que mueren víctimas de violencia, las
cifras son alarmantes en el mundo, en particular en nuestra
Latinoamérica, mujeres que son madres, jóvenes, solteras, casadas,
enamoradas, hijas, sobrinas, amigas y que generalmente son asesinadas
por sus propios compañeros o personas que dicen amarlas, ante cuya
situación nos duele el silencio de la Iglesia que no ha elevado una voz
de denuncia ni ha exigido justicia para estas mujeres vulnerables y
excluidas.
Necesitamos una voz de indignación evangélica del Vaticano y de Usted,
como su máximo representante. Soñamos con una Iglesia inclusiva que
comprenda, ampare y contenga a las personas en estas situaciones y no
quisiéramos escuchar sólo condenas sobre temas que están en debate tanto
en la Iglesia como en la sociedad.
Su discurso, sus actitudes y hechos Papa Francisco, han sido
innovadores y transgresores, y han generado un gran consenso entre
quienes estamos comprometidas con la justicia social y trabajamos por un
mundo mejor, una Iglesia mejor, una sociedad mejor en la que quepamos
todas y todos en libertad, respeto y congruencia con lo que Usted ha
venido diciendo.
Nos preocupa que en estos momentos en que el mundo necesita de unidad
y consenso, se levanten estos temas de esta manera pues pueden generar
divisiones, contraposiciones, discriminación, estigma e incomprensión.
De Usted esperamos misericordia, compasión y justicia, toda la justicia
necesaria para que este mundo sea mejor.
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir:
CDD Argentina – CDD Bolivia – CDD Brasil – CDD Colombia – CDD Chile – CDD Ecuador
CDD El Salvador – CDD México – CDD Nicaragua – CDD Paraguay – CDD Perú – CDD España
Coordinación Regional:
Yury Puello
María del Carmen Carrizo
Sandra Mazo
E-mail: cdd.coordinacionregional@gmail.com
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