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lunes, 27 de enero de 2014

Panel interdisciplinar Benjamín Forcano, teólogo


Enviado a la página web de Redes Cristianas

Benjamín Forcano:
1.La homosexualidad hoy
2.Los divorciados en la Iglesia católica
3.El derecho a la vida privada
Vicenc Navarro:
4. Las políticas que generan nuestra crisis
Textos de varios autores:
5.Políticas con criterios científicos
6.Abismo entre las palabras y los hechos
7.Nacionalismos


1
La homosexualidad hoy

BENJAMÍN FORCANO

Son muchos los que todavía —incluyendo políticos y obispos— condenan la homosexualidad. Por el cargo y responsabilidad que ejercen debieran hablar bien informados sobre el enfoque y valoración que hoy se da a la homosexualidad.
En Occidente la homosexualidad ha recibido una valoración muy variada. El doctor John Boswell en su libro Las bodas de la semejanza documenta cómo en la Iglesia católica del siglo VI al XII existía como normal la celebración litúrgica de parejas homosexuales, según ritos y oraciones propias, presididas por un sacerdote.Es a partir del siglo XIII, que la homosexualidad va revistiendo un carácter de vicio horrible (pecado nefandum= innombrable), tan horrible que lo de innombrable no se aplica a otros hechos más graves: Asesinato, matricidio, abuso de menores, incesto, canibalismo, genocidio e incluso deicidio son mencionables. ¿Por qué este horror que convierte la homosexualidad en el peor de los pecados?

Es también muy común la opinión de que se elaboró una construcción bíblico-teológica moral justificatoria de la gravedad de este pecado, hoy demostrada como precientífica y opuesta al contexto y sentido de los textos bíblicos y que la dejan desprovista de este tipo de argumentos para condenarla. Son de consenso generalizado las conclusiones científicas de que: “Ni desde la medicina, la psicología, la pedagogía, ni con medidas sociales o legales, ha sido posible cambiar la orientación sexual, aunque intentos no han faltado” (Juan L. T. Herreros, Aproximación a la realidad homosexual).
Los estudios más diversos confluyen en la tesis de no poder calificar la homosexualidad como enfermedad, desviación psicosomática o perversión sexual.La orientación homosexual no afecta a la sanidad mental ni al recto comportamiento en el grupo social. En razón de ello, la OMS ha suprimido la homosexualidad de la relación de enfermedades. Y el Consejo de Europa insta a los gobiernos a suprimir cualquier tipo de discriminación en razón de la tendencia sexual.

Finalmente, teológicamente hablando, es bien fundada la posición de quienes sostienen que la sexualidad humana no tiene como modelo natural exclusivo la heterosexualidad —ese es un presupuesto no probado— sino que se da también la homosexualidad como una variante natural legítima, minoritaria.
(Publicado en El Pais, 12 de Abri del 2012)

2
Los divorciados en la Iglesia católica

Es un hecho la existencia de miles y miles de parejas católicas divorciadas, en España y en el mundo entero. Entre esos miles, es innegable que muchos han llegado a una situación extrema de conflicto y fracaso, donde el sentido común y la razón aconsejan una separación o un divorcio.
¿Qué ocurre y cómo se acoge a estos miles de parejas que, pese haber iniciado un proyecto con amor y haber luchado por mantenerlo, llega un momento en que fracasan y su convivencia es del todo imposible? ¿Qué se les dice?
Para ellos la respuesta es que, si se casaron con amor y libertad, no hay solución, no hay más solución que ponerse a convivir, remontar el fracaso, y demostrar que siguen siendo marido y mujer.


¡Son marido y mujer!
¿Aunque no puedan convivir? ¿Aunque su relación sea nula? ¿Aunque no vuelvan a amarse nunca? ¿Aunque sea con el riesgo de hacer de su hogar un infierno? ¿Aunque decidan alejarse el uno del otro para siempre?
Hablo de situaciones claras e fracaso, donde el amor ha muerto. Y si el amor ha muerto, ¿qué clase de matrimonio puede haber? Y cuando el amor muere en una pareja, ¿cómo se puede seguir sosteniendo que ella es matrimonio?
¿Y cuál es la solución concreta que se da para estos casos?

Canónicamente, ninguna. O mejor, seguir figurando públicamente como matrimonio, aunque nunca más lo sean. Y si se casan, por lo civil obviamente, ese matrimonio no es reconocido y se les califica como concubinos, pecadores públicos, indignos de recibir la sagrada comunión y de figurar como padrinos en un bautizo.
Esta postura es, en primer lugar, impropia de la tradición católica. La absolutización del valor de la indisolubilidad no siempre fue así. La indisolubilidad es un valor-ideal, que ojalá todos vivieran como algo propio, desde dentro, un valor que corresponde al plan original de Dios, pero Dios no lo impone a todos, en todo lugar y circunstancia, sino que, en casos de fracaso, e incapacidad humana, Dios actúa con la economía de la comprensión, del perdón y de la misericordia.
Y esta economía misericordiosa encaja con la condición humana, con la condición propia del matrimonio que, al estar basado en personas libres, no excluye –no lo puede excluir- que el proyecto corra riesgos, conflictos graves y acabe a veces en fracaso y ruptura. La debilidad y la defectibilidad son un propio del ser humano y, cuando se dan, deben ser atendidas, racional y amorosamente. La perfección, la perfección absoluta, no es propia de este mundo. El ideal es algo a lo que hay que tender, pero hay situaciones en que, empeñarse en mantener el ideal, se convertiría en contraproducente. Siempre hay que procurar lo mejor, que no siempre coincide con el ideal. Son muchas las situaciones en que, sin renunciar al ideal, debemos procurar lo mejor, porque lo mejor es muchas veces enemigo de lo ideal.

3
EL DERECHO A LA VIDA PRIVADA
Tal como dice la Declaración Universal de los Derechos humanos “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación” (Art. 12).
El presidente Holande de Francia ha amenazado con presentar denuncia contra la Prensa por haber conculcado este derecho respecto de su persona.
El asunto se aclara por sí mismo: fue el propio presidente quien le dio a su vida , -presidencial, personal y de pareja- una proyección pública inesperada. Nadie sino él había introducido en su vida privada una injerencia arbitraria: Julie Gayel, una amante clandestina.


La amante no pertenecía a su vida privada, pues ante la sociedad y, bajo palabra mutua y promesa suya de ejemplaridad, formaba matrimonio con Valérie Trierweiler, primera dama de Francia.
La irrupción en su vida privada de esta injerencia, que significaba transgresión de valores como : amor, palabra dada, fidelidad, ejemplaridad, ritualizadas en su momento, hizo que este hecho convirtiera en público algo que era privado y, además, que fuera calificado de escándalo y, como tal, sin derecho a ser protegido por la ley.


Es decir, que es bastante común el sentir de considerar una ofensa lo hecho a su mujer, agravada además por el ocultamiento calculado y el desafío a su condición de presidente de la República.
¿No será que la clase política y otras personas, dado su poder, reclaman para sí legitimar una doble vida como si de vida éticamente correcta se tratara? El Sr. Holande era consciente de esta doblez, que le llevaba a proceder furtivamente. Por lo que no es de extrañar que gran parte de la ciudadanía le desposea del derecho a ser protegido por la ley.


4
Las políticas que generan nuestra crisis
– artículo en versión abreviada -
Vicenç Navarro

Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Si usted, lector, no está indignado es que no sabe qué está pasando en su país. El desempleo ha alcanzado niveles récord en la Unión Europea y en España. Y las agencias internacionales más fiables dicen que la economía española no alcanzará los niveles de desempleo que tenía antes de que se iniciara la crisis hasta veinte años (sí, veinte años a partir de ahora). Y puesto que el desempleo juvenil es el doble del general, esto quiere decir que estamos quemando nuestro futuro, pues muchas generaciones jóvenes están siendo convertidas en inservibles. Situación que afecta también negativamente al futuro de la Seguridad Social, y que contradice el famoso argumento de que el problema de las pensiones es que hay demasiados ancianos y muy pocos jóvenes. El problema de las pensiones no es que no haya jóvenes sino que no hay trabajo para ellos.
Esta crisis ha sido consecuencia de unas políticas públicas llevadas a cabo por gobiernos altamente influenciados por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. He visto muchos casos antes, en otros continentes, con crisis muy semejantes. A finales del siglo XX, Latinoamérica sufrió una situación muy parecida.
Estos bancos con enorme influencia política (el Gobierno de Rajoy es un mero instrumento de la banca), están imponiendo políticas que son la causa de la crisis. Rajoy en toda España y Mas en Cataluña están recortando y desmantelando el Estado del Bienestar a fin de reducir el déficit y la deuda pública, contribuyendo de essta manera a destruir empleo y bajar la demanda que debería estimular la economía.
Ahora bien, a pesar de los recortes, la deuda pública española continúa subiendo y subiendo, ascendiendo ya a 664.000 millones de euros. Nosotros pagamos los intereses de esta deuda, que representa ya el segundo capítulo del presupuesto del Estado después de la Seguridad Social. Este dinero suyo y mío va a los bancos que han comprado esta deuda. Hay que saberlo: hoy los bancos españoles tienen casi la mitad de esta deuda, 299.000 millones.
¿Y de dónde saca los bancos el dinero para comprar la deuda? De préstamos públicos. Cada año los bancos españoles piden prestado dinero al Banco Central Europeo, BCE, a unos intereses bajísimos, menos del 1%.
El BCE procede así para que los bancos presten a las pequeñas y medianas empresas, y así se resuelva el problema de falta de crédito que ha paralizado la economía. Pero a nadie en particular le resulta fácil conseguir un préstamo de la banca. Porque los bancos ganan mucho más dinero comprando deuda pública a unos intereses muy altos (un 4%, 6%, o incluso 13%). Reciben dinero a menos del 1% y con ello compran bonos que les generan una cantidad de dinero muchas veces mayor que la que pidieron prestada del BCE. Los banqueros en España están entre los mejor pagados de la Unión Europea. Y los bancos más importantes han estado entre las empresas con mayores beneficios.
Todo esto es totalmente innecesario. El elevado desempleo, es totalmente evitable. Existe única y exclusivamente para el beneficio primordialmente de la banca.
  ¿Solución? El BCE debería prestar el dinero, no a la banca privada, sino a los Estados, y dejar que estos lo ofreciesen a usted, a mí y a las pequeñas y medianas empresas, al mismo tipo de interés que el Estado lo recibe del BCE.
¿Y entonces por qué no se hace así? Pues porque la banca tiene un enorme poder sobre el BCE, sobre las instituciones que gobiernan la Eurozona, sobre el gobierno español y sobre los medios de información y persuasión. Lo podrá comprobar: este artículo no se publicará en ninguno de los cinco rotativos más importantes del país.
5
Política con criterios científicos
         (El País 24 de enero de 2014)
  En la práctica científica ya hace tiempo que se tienen en consideración los conflictos de interés cuando se presentan. La misma función de la actividad científica pierde sentido si se pone al servicio de intereses personales. Quizá por esta razón el análisis objetivo que proporciona la ciencia es un elemento esencial en la toma de decisiones públicas. En muchos países la ciencia informa internamente las decisiones políticas en los temas en los que tiene algo que decir, que son muchos.
Y quizá por esta razón en países como el nuestro, donde los conflictos de intereses se mueven en un entorno confuso, la función de la ciencia puede verse como algo innecesario o como un obstáculo para los propios intereses. Es quizá una razón más del poco interés de los actuales poderes públicos por una investigación científica fuerte e independiente en España.
 Pere Puigdomènech es profesor de Investigación del CSIC.
6
Abismo entre las palabras y los hechos
             (El País, 18 de enero de 2014)
 Tzvetan Todorov,
 Semiólogo, filósofo e historiador de origen búlgaro y nacionalidad francesa.
…Ell bello discurso que pronunció en el funeral de Mandela, Barack Obama dijo que todo hombre de Estado debía hacerse esta pregunta: “¿He aplicado bien sus enseñanzas a mi propia vida?”. Obama destacó que la lucha contra el racismo ha proporcionado algunas victorias también en Estados Unidos, pero que la guerra contra la pobreza y las desigualdades y en favor de la justicia social se encuentra todavía con sólidos obstáculos. Sin embargo, Obama no dijo ni una palabra de los combates que su país sigue librando con las armas y que también evocan los comienzos de Mandela.
 ¿Pueden afirmar que se inspiran en su ejemplo y su negativa a excluir al enemigo de una humanidad común cuando los sucesivos Gobiernos estadounidenses deciden encerrar a sus enemigos, reales o supuestos, en campos de prisioneros como el de Guantánamo, enviar aviones no tripulados a países remotos para atacar tanto a sospechosos y culpables como a las personas que, por casualidad, se encuentran a su alrededor, vigilar mediante escuchas a la población de su propio país y a los responsables políticos y económicos de los países aliados? La virtud moral de Mandela no permite la existencia de un abismo semejante entre las palabras y los hechos.
7
 Nacionalismos
   “Las historias de la historia” (El País, 25 de enero de 2014)
 Textos pertinentes de diversos historiadores
 “El nacionalismo desempeña un papel necesario, de integración y legitimación política, ayuda a reforzar los lazos comunes que existen en un colectivo donde todos son distintos. Pero corre una serie de peligros que no hay que olvidar, como el de cerrarte a cuanto ocurre fuera y convertirte en un ignorante, sin horizontes, siempre complaciente con lo propio y reacio a lo ajeno”.
“La historia no es simplemente la recuperación del pasado…lo cual, en sentido estricto, es imposible, porque ya no existe; es más bien el esfuerzo por darle un sentido a lo que nos queda de él, que son solo un número limitado de vestigios. Puesto que somos nosotros quienes le damos el sentido, la historia es en gran parte una proyección del presente, una especie de metáfora de nuestro propio tiempo”.
 “ El poder apoya el tipo de historia que le interesa, sin duda, pero eso no bastaría si la gente no quisiera creerla. La única cura para el fanatismo que inspira la historia es preventiva: no darle tanta importancia”.
“Hoy nos puede resultar disparatado que en el pasado los españoles se creyesen descendientes de la familia de Noé. Pero eso era fruto de la necesidad psicológica de enlazar su historia con la Biblia de un pueblo para el que el cristianismo era la base de su identidad. Hoy hacemos algo parecido cuando, desde la historiografía que sea, elegimos arbitrariamente hechos históricos para convertirlos en nuestros orígenes o seleccionamos aquellos que nos proporcionan una sensación de continuidad y conexión con el pasado”.
“Antes de que surgiera la propia idea de nación, existían elementos que le daban cohesión a ese colectivo que sería después, hablando con más propiedad, la nación española”.
“Desde la época de los Reyes Católicos se impulsaron ya distintas estrategias para dar cohesión a esa comunidad nacional que, más adelante, seguiría reconociéndose como tal durante la monarquía de los Austria. El reformismo ilustrado del siglo XVIII reforzó las soldaduras de ese colectivo a través de una serie de discursos patrióticos que luego heredarían los diputados de las Cortes de Cádiz. Es ahí donde verdaderamente se puede hablar de revolución, y de un proyecto de modernización de este país. Los liberales son conscientes de que no pueden legitimar el nuevo Estado con los viejos expedientes: el catolicismo, la monarquía y las tradiciones. Y por eso empiezan a hablar de una comunidad de ciudadanos que defiende un orden de derechos y libertades. El acento se desplaza a la ciudadanía y a su Constitución, han dejado de servir los viejos señores”.
“Los nacionalismos periféricos se fueron constituyendo en el País Vasco y Cataluña a lo largo de la segunda mitad del XIX, y se instalaron con más fuerza al empezar el siglo XX. Y luego está la impotencia del régimen de la Restauración, incapaz de acomodar en su seno a las nuevas fuerzas, ya fueran esos nacionalismos periféricos, la clase obrera o los partidos reformistas”.
“Toda la oposición a la dictadura, tanto la de izquierdas como los nacionalismos, identificaron así a España con el franquismo, y no querían ni oír hablar de sus relatos, ni de sus símbolos. De lo que se trataba, por tanto, era de construir una nueva identidad nacional, donde todos tuvieran sitio. La monarquía representa un papel esencial en la construcción de esa nueva identidad, democrática y constitucional. Sea como sea, la proyección de lo que fuera esta nueva España tuvo un perfil bajo en los primeros años de la Transición. Solo tras el golpe del 23 de febrero se fue imponiendo la idea de que no se podía dejar España y sus símbolos en manos de la extrema derecha”.
“”Es verdad que hubo un tiempo en que las aristas más conflictivas entre los nacionalismos periféricos y el español quedaron eclipsadas por un proyecto de futuro. Fue con la llegada de Aznar al poder cuando se produjo un reforzamiento del nacionalismo español”. 

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