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“Contra la pobreza actúa”“El hombre pobre y el rico...”
La parábola del Rico Epulón y el pobre Lázaro se da, se dio y dará en todos los tiempos…
En estos días se reunirán una vez más “Los 20 países más ricos de la tierra”, que no cumplirán sus promesas”: “Erradicar el hambre los países más pobres de la tierra”. El resultado es decepcionante: 10 millones de niño-as mueren al año por falta de higiene y de nutrición.
¿Qué podemos hacer?¿Cómo tenemos el rostro de hablar de una sociedad de progreso y de bienestar?
¿Qué podemos hacer los cristianos?
Cuando curiosamente pertenecemos los cristianos al hemisferio de los ricos, de los que explotan al hemisferio Sur, de los paganos, que son los pobres…
¿Cómo creer en Dios que nos es capaz sacarnos de esta hipocresía, de esta incoherencia, de esta contradicción?
Decimos en qué creemos y lo que somos; pero no hacemos lo que decimos y lo que somos. Y no es un juego de palabras.
Una vez más los cristianos del primer mundo, el mundo de los satisfechos, no podemos ser signo del amor de Dios a los paganos, a los hambrientos de la tierra…Todos estamos en la misma tierra, pero no disfrutamos lo mismo de ella…
Jesús no excluye a nadie, a todos anuncia la Buena Nueva y Jesús de Nazaret comienza por los más pobres; los que nosotros tenemos los últimos en la lista de preferencias.
“Contra la pobreza actua” Actua
Es el Slogan de Caritas Diocesana. No es un juego de palabras es una invitación…
Antes de que sea demasiado tarde; si no “el Evangelio es o la Gran Noticia o la Gran Mentira”.
Ya en el Antiguo Testamento el Señor siente rabia, se enoja, si se puede hablar así, y habla su pueblo con entrañas de misericordia. “Aquel pueblo vive explotado bajo el poder del Imperio de Egipto en el exilio”.
Me viene ahora a la memoria el recuerdo de Labordeta. “El pregonero del pueblo, el del morral y la cachaba”…No sé si agnóstico o ateo, pero si un buen hombre, que pasó toda su vida cantando al pueblo con su voz, sus cantos y su guitarra, denunciando como él decía a esta “puñetera sociedad” con su noble espontaneidad.
Estaba y luchaba por los últimos y el Señor, que es bueno, le recompensará, aunque no fuera de los mal llamados de los “nuestros”…No hacía más que cumplir con obras de misericordia…Las que pueden cambiar el mundo…
La conclusión es clara:
De nada sirven los sacrificios, ni las peregrinaciones a tierra Santa, ni a Santiago…
Lo primero que hay que hacer es:
• Justicia a los oprimidos
• Dar pan al hambriento
• Liberar a los presos
• Proteger al emigrante
• Sostener a la viuda y al huérfano
La parábola del Rico que banqueteaba espléndidamente cada día y pobre Lázaro que ni se le daba lo que sobraba en la mesa es una gra
ve advertencia.Y dicho esto, yo cambiaría la pregunta que hicimos antes:
¿Cómo podemos decir que creemos en Dios si no somos capaces de salir de esta hipocresía, de esta incoherencia y de esta contradicción?
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