Los acontecimientos sociopolíticos reinantes obligan preguntarnos ¿hasta cuándo violamos la vida por nuestras ideologías, por nuestras obsesiones, por las obcecaciones de tener “la” razón, ¿criminalizar la vida por concepciones filosóficas, religiosas? Los fanatismos aniquilan… Tener ideas, ideologías, creencias, es una cosa; encerrarse en ellas es ya no pertenecerse a sí mismo. Semejante a toda adicción.
Cada ser humano tiene su propio tango, vive sus locuras que considera verdades. Lo inaceptable es imponerlas a los demás, y se enjaulen con él. Los ejemplos abundan en la historia como hoy, desquiciados se toman el poder y martirizan a sus ciudadanos. Ciertamente “no hay peor ciego que quien no quiere ver”
Invaden, destruyen todo aquello les sea una amenaza a su constructo mental. Recordar las guerras religiosas, guerras por tierras seductoras, excluir por color de piel, por las diferencias sexuales, y lo más aberrante, por ser mujer, que hasta ayer se rechazaban pues podrían ser embarazadas.
La Administración actual debió promulgar la “Ley laboral Karin”, que sanciona todo tipo de acoso laboral. Esta Ley debería ser extensiva hacia los cuatro vientos, siguiendo a los establecimientos escolares, universitarios. O sea, donde se den relaciones humanas. Sin embargo, esta Ley con normativas tan detalladas por una buena broma pudiese ser denunciada y sancionada.
Un pueblo, gobernado por amenazas, no es una sociedad humana. Un pueblo que abdique su conciencia solo aparenta ser sociedad humana.
No podemos vivir de leyes, de protocolos, la vida como el agua se filtran por algún lado. El Antiguo Testamento bíblico Dios para ordenar su pueblo les ordenó 10 mandamientos… El Código Hammurabi (1792- 1750 A.C) tuvo 282 artículos, famoso por su Ley del Talión: “ojo por ojo, diente por diente”, la causa del mal se ataca con el mismo mal. Los Derechos Humanos corren el mismo destino: se incumplen. Religiosizar la vida como el mundo islámico tampoco parece coherente con la existencia humana, también esclaviza a la sumisión de las mujeres y sus guerras intestinas.
Asumamos que siempre nos será un misterio “La Venida del Hijo de Dios encarnado para dar Vida y Vida en abundancia a nuestra humanidad. Se puede creer o no en Él. “He venido a liberar a los oprimidos” Jesús, más allá de todo, centró en el Amor la Vida, amarse a sí mismo para amar a los demás, fundamento para la amistad cívica. La audacia de San Agustín: “ama y haz lo que quieras”. Sólo el amor puede salvar a nuestra humanidad. No es utopía. Se supone que Ud. ama a sus padres, se supone que por amor se casó, se supone que por amor tiene hijos. Se supone que por amor ha seguido su vocación. La política, si busca el Bien Común, también debe ser para amar y servir… La Democracia como el cuerpo humano tiene su unidad interna y sus extremidades relacionadas entre sí. De la presión y prisión a la libertad de la comunidad, com-unidad.
Pedro Aranda Astudillo, Fundador de la Corporación Gen
Agosto 2024
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