fe adulta
Con serenidad contemplo los viajes del papa por todo el mundo, un documental organizado principalmente a partir de imágenes de archivo de los 37 viajes del Papa Francisco a 53 países en los nueve años de su pontificado. Es inmensa su labor y su presencia en todo el mundo.
Yo me interrogo y pienso en el montaje que rodea a cada viaje. Trato de analizar los frutos que esa presencia reporta a la comunidad eclesial del mundo entero. Pero veo que hay otra forma de actuar como obispo de Roma y papa.
Es cierto que la prensa nos informa sobre todo de sus viajes. Pero me gustaría saber su pastoreo como obispo de Roma, su trato con los curas, su visita a los enfermos, sus catequesis a los jóvenes, su educación en la profundización de la fe. Tenemos el dilema de un obispo o un papa. Me temo muy mucho que no pueda llegar a todos esos quehaceres y que las visitas, las audiencias, las celebraciones, el trabajo con otras conferencias apostólicas… no le dejen materialmente tiempo para el pastoreo de los pueblos y los barrios de Roma. Eso que las fotos no nos dan. A mí me encantaría saber y ver su trabajo pastoral de recorrido de calles y casas, de reuniones y visitas, de cercanía a los presos. Y eso sin fotografías y sin tele sacando cada actividad.
No conozco el número de personas dedicadas a toda la labor protocolaria y ejecutiva. Me gustaría que eso fuese lo más sencillo y austero posible. Quizás una Iglesia sin tanto organismo oficial, sin cardenales, sin nuncios (eso supondría una revolución en la vivencia del Evangelio sobre todo), sin grandes edificios, sin protocolo. Y supondría una revolución en la vivencia del Evangelio... Quizás se parecería más a la Iglesia de Jesús.
Constantemente hay periodistas que nos transmiten todo lo que el papa dice y hace. Caemos en el peligro de una iglesia de imágenes, de propaganda, ¿Dónde queda la sencillez?
Algo parecido percibo también en nuestra iglesia dentro del país. Demasiado presente con imágenes de lo que dice y hace. Y corre el peligro de quedarse en lo exterior, en lo espectacular. Recuerdo aquello de Jesús “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. Una labor más callada nos ayudaría a extender y vivir mejor el evangelio de Jesús.
Como Pablo, quizás tejiendo pieles y redes u otro trabajo que nos acerque a las personas.
¿Podemos hacer algo para que nuestros responsables y animadores en la fe no se parezcan a los políticos? Parecido a Jesús en la barca, sin que apenas nadie le conociese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario