Juan José Tamayo
InfoLibre
El 8 de mazo me parece una efeméride adecuada y muy oportuna para reflexionar sobre uno de los cambios más importantes que se están produciendo en el seno de las religiones en las últimas décadas: la rebelión de las mujeres. Cada vez es mayor el número de mujeres creyentes que se rebelan contra las religiones de las que son miembros y ¡contra sus dirigentes religiosos, y se muestran críticas de su moral misógina, su doctrina androcéntrica, su organización patriarcal y su imagen masculina de dios. Y lo hacen sin renunciar a su afiliación religiosa.
La rebelión tiene lugar a nivel personal y colectivo, en el interior de las religiones y en la sociedad. A nivel personal, viven la experiencia religiosa desde su propia subjetividad, sin tener que recurrir a la mediación de los varones, y desafían y transgreden conscientemente las normas y orientaciones en materia de sexualidad, relaciones de pareja, modelos de familia, planificación familiar, interrupción voluntaria del embarazo, derechos sexuales y reproductivos, LGTBIQ, opciones políticas, etc., que les impone el patriarcado religioso. Y lo hacen sin conciencia de culpa.
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