Tiene razón Ramón Loureriro cuando afirma en un diario local lo siguiente: “García Cadiñanos, uno de los prelados más jóvenes de nuestro país (y no solo de nuestro país), un obispo que está, insobornablemente, del lado de los que sufren, ha asumido, desde el primer momento, la necesidad de que la Iglesia sea un lugar de encuentro. Un lugar de acogida para cuantos, creyentes o no, deseen acercarse a ella. Un cristiano, y él lo demuestra cada día, debe escuchar, y permanecer en permanente diálogo con la sociedad entera. IR A LA PÁGINA
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