FE ADULTA
Si echamos un vistazo al mundo, enseguida nos llegan a los ojos las guerras, muertes, hambre, refugio… La lista de calamidades es tremenda. Pero quiero tener una visión al revés. Sin negar lo malo que existe, vamos a fijarnos en lo positivo, en lo bueno, en lo justo que se da ya en el mundo. Podríamos hacer una lista enorme. El otro día hacíamos en un grupo la dinámica de encender una velita por cada cosa buena que hemos visto este verano. Y enseguida faltaron velas, porque hicimos previamente un lavado de ojos, y nos pusimos las gafas muy limpias. Necesito cada día leer y escuchar y ver los medios de comunicación con otros ojos y fijarme y valorar las cosas pequeñas, los detalles sencillos, lo positivo que brota aun entre las piedras de la fachada, entre las baldosas del suelo.
Nos hemos habituado a dejarnos impresionar por lo negativo sin pararnos a valorar lo que hay en cada uno y en la sociedad de alternativo. A veces puede en nosotros la visión religiosa más que la cristiana y valoramos lo popular, lo externo, lo “milagroso” más que lo humano, lo natural, lo divino. Era más importante entrar en el templo, como David, y comer los dones de la proposición, para quitar el hambre por encima de lo que se consideraba religioso y sagrado.
Por supuesto que existen guerras, muertes, hambre, calamidades, epidemias…. Pero escarbemos debajo de esas realidades y seguramente que encontramos rescoldos de perdón, amor, entrega, servicio, preocupación por los demás, ayuda….
Me llega en este momento propaganda del libro de Santos Urías: "La calle es un cántico nuevo lleno de risas, llanto, danzas y pasión. Con ojos nuevos”.
Me ofende cada vez que se cuenta la muerte de una esposa a manos de su marido contando toda clase de detalles. Lo mismo que siempre que se narran los aspectos más truculentos de un crimen. Es cierto que necesitamos que nos informen de las guerras, los desastres, el hambre… Pero no creo darnos más detalles hirientes nos ayude a sanar.
Voy a predicar en la eucaristía sobre el dinero. Creo que animo más a compartir, ofreciendo alternativas positivas, propuestas de justicia, más que censurar el egoísmo que me hace más cerrado.
En medio de la oscuridad, encendamos una vela.
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