fe adulta
Me fijo en las palabras centrales del Mensaje de Jesús. Es su Persona. Y de Él se nos dice “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Primogénito”. “Jesús vino, no para condenar al mundo sino para salvarlo”. “Dios nos ha hecho hijos suyos”.
Es un Mensaje alegre, salvador. Me resulta difícil buscar la oportunidad y la ocasión en que decir estas palabras a las personas y que les cale.
Sí que me resulta más fácil actuar conforme a ese mensaje y tratarme así a mí y a las demás personas. Organizar la vida según esta Noticia.
¿Cómo puedo anunciar y transmitir a las gentes esa PALABRA DE DIOS? Por supuesto puedo aprovechar la predicación para anunciarlo clara y contundentemente. En la administración de los sacramentos y de los funerales. Muchas veces lo que predico da vueltas a ese Mensaje, pero sin anunciarlo claramente.
Una forma muy fácil es releer el evangelio e irlo saboreando y comentando. Hay textos claves que Jesús nos transmite y es preciso hacernos eco de ellos. Creo que ese debe ser el eje de la predicación y de la acción pastoral.
Resulta que hemos pasado y calcado esas palabras del evangelio, reduciéndolo a credos y afirmaciones difíciles y abstractas. Hablarlas en castellano claro y afirmativo. Me gustaría, en lugar de recitar el credo, repetir en voz alta esas frases de mismo texto del evangelio y recalcarlas. Incluso dejar tiempo para pensarlas y saborearlas. Podrían ser treinta expresiones del evangelio capitales.
Los evangelios están llenos de frases impregnadas de sentido y de mensaje. Podemos repetirlas, pensarlas, comentarlas. Propongo que sustituyan en la celebración al credo oficial, que me resulta muy dogmático y doctrinal. Menos popular.
Me encanta leer el evangelio sin más. Se entiende todo. Y como hay muchos géneros literarios (que llaman) tratar de explicarlos, comprenderlos, ponerlos en lenguaje popular. Ahí está la Teología Popular.
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