ATRIO
La cosa tiene su “aquel”. Madrid iba apagando las luces de la Navidad al paso de Greta Tumberg y la manifestación contra el cambio climático y luego volvía a encenderlas como si nada. Pero Vigo no se dió por enterado en su porfía de luces navideñas y árboles con superalumbrados,con New York y con tantos pueblos y ciudades de España y del mundo que derrochan energía y contaminación y borran las noches y su embrujo y espantan a todas las aves que necesitan para sobrevivir de la oscuridad, y para tantos amores que si no tienen oscuridad y silencio languidecen…
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