- Por: Fernando Llamazares
El pasado sábado 14 de diciembre, el Centro de Salesianos Cooperadores de León, y por ende la Familia Salesiana, estuvo de fiesta. El motivo: la promesa de Salesiano Cooperador de Emilio Rodríguez, los 25 años como Salesiana Cooperadora de Nila Gago y los 40 años transcurridos desde que unos jóvenes asistieron a una Vigilia de la Inmaculada, preludio del Centro.
En la Parroquia de San Antonio a las 19:30 horas dio comienzo la Eucaristía, acto central de la fiesta. “No estábamos solos, fueron muchos los que nos acompañaron, los que compartieron nuestra alegría, los que rezaron con nosotros, los que fueron testigos de nuestro agradecimiento a Dios por Emilio y su compromiso, por Nila y su fidelidad, por todos nosotros y nuestra hermandad, por habernos ofrecido un camino a recorrer juntos y acompañarnos y guiarnos en nuestro caminar. Todo eso y mucho más que desbordó nuestros corazones dentro del Adviento en el que vivimos con esperanza cierta la presencia de Dios en nuestras vidas”.
Presidió la Eucaristía el delegado provincial, Eusebio Martínez. En ella Emilio Rodríguez hizo la Promesa acompañado por su familia “de carne” y su otra familia: los salesianos cooperadores; Yolanda Argüelles, la Coordinadora provincial lo simbolizó con un abrazo. También los salesianos cooperadores presentes, con gratitud por las muchas gracias recibidas a lo largo de los años, renovamos nuestras promesas y Nila recibió su insignia de plata.
Eucaristía vivida con intensidad, con agradecimiento, con esperanza, con el calor que nos daba el acompañarnos unos a otros con Jesús en medio ofreciéndosenos como la Alegría que llena los corazones.
La fiesta continuó en La Fontana en torno a las ricas viandas. Lo de menos fue lo que se comió y bebió, muy bien preparado y exquisito; lo más fue la conversación amena, el encuentro de unos con otros, la alegría desbordante en los cantos… y el recuerdo que Emilio y Nila recibieron de sus hermanos de centro: la figura de un peregrino.
A toda fiesta le sigue una tornafiesta. Para la misma: el día a día que vivimos, el lema de la celebración, que más allá de una propuesta es el compromiso de vivir nuestro ser salesianos cooperadores: “Un camino a recorrer juntos”.
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