- Por: José R. Ramírez DCS.-Salesianos DOSA-Madrid
El sábado 13 de mayo, Paco Díez Pinillos y Jesús Casado celebraron los 50 años de su Profesión Religiosa como Salesianos de Don Bosco en el marco de la fiesta del Día de la Comunidad en Arévalo, renovando su entrega y fidelidad al Señor y a los jóvenes, desde su particular situación.
La jornada mañanera comenzó bien temprano para poder disfrutar sin agobios de la excelente visita a la 22ª edición de las Edades del Hombre. Con ese sugestivo título “Reconciliare” que parangona el Año Santo de la Misericordia, promulgado por el Papa Francisco en 2015-2016 y que se distribuye en tres sedes, casi la totalidad de la Comunidad Salesiana pudo contemplar y hasta meditar los recuerdos bíblicos que resaltan la Misericordia Divina, enlazados con otros de gran actualidad en las obras artísticas, antiguas y modernas, expuestas para la ocasión, proyectando también el sentido de la Misericordia en la vivencia personal y comunitaria.
El tiempo primaveral, casi amenazante de lluvia, favoreció el paseo por la ciudad segoviana, disfrutando también de sus calles y monumentos, para tomar un tentempié y favorecer la convivencia, antes de trasladarse a Arévalo y culminar ese día festivo de comunidad. El broche de oro, nunca mejor dicho tuvo lugar en la capilla de la Comunidad Salesiana, donde Paco Díez Pinillos y Jesús Casado presidieron una bonita y sentida Celebración de Acción de Gracias por sus 50 años como Salesianos de Don Bosco, proclamando juntos un himno de alabanza, renovando sus votos y promesas, recordando con mirada agradecida los años transcurridos y los momentos más intensos y significativos, el camino hecho en su medio siglo de vida salesiana. Dieron gracias a Dios muy especialmente por la llamada que un día les hizo y realizando su proyecto de vida de formas diferentes en la forma pero similares en el fondo; haciendo realidad el sueño de D. Bosco, los sueños de tantos niños y jóvenes necesitados que han compartido su labor educativa en multitud de casas del centro de España, y para Paco también en sus inolvidables años de presencia salesiana en Bolivia.
De la misa a la mesa. Para culminar este día de fiesta y homenajear a los dos hermanos como se merecían, todos los presentes en la celebración eucarística compartieron mesa en un renombrado restaurante de la ciudad abulense. Manuel de Castro, como director de la casa Sto. Domingo Savio les hizo entrega de un detalle, en nombre de toda la Comunidad, como recuerdo de este día y este acontecimiento inolvidables. Tras saludar a los hermanos ancianos y enfermos de la Residencia Rinaldi, se hizo el retorno a Madrid el día que la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría, hace cien años, para traer al mundo un mensaje de paz y reconciliación de parte de Dios…, cincuenta de los cuales Paco y Jesús han servido a Dios y a los jóvenes de nuestro mundo, como signos de esa paz y reconciliación para cientos de niños y jóvenes pobres y necesitados de nuestro mundo; sirviendo a multitud de personas, de toda edad y condición, como religiosos, sacerdotes y educadores en la estela de D. Bosco.
El tiempo primaveral, casi amenazante de lluvia, favoreció el paseo por la ciudad segoviana, disfrutando también de sus calles y monumentos, para tomar un tentempié y favorecer la convivencia, antes de trasladarse a Arévalo y culminar ese día festivo de comunidad. El broche de oro, nunca mejor dicho tuvo lugar en la capilla de la Comunidad Salesiana, donde Paco Díez Pinillos y Jesús Casado presidieron una bonita y sentida Celebración de Acción de Gracias por sus 50 años como Salesianos de Don Bosco, proclamando juntos un himno de alabanza, renovando sus votos y promesas, recordando con mirada agradecida los años transcurridos y los momentos más intensos y significativos, el camino hecho en su medio siglo de vida salesiana. Dieron gracias a Dios muy especialmente por la llamada que un día les hizo y realizando su proyecto de vida de formas diferentes en la forma pero similares en el fondo; haciendo realidad el sueño de D. Bosco, los sueños de tantos niños y jóvenes necesitados que han compartido su labor educativa en multitud de casas del centro de España, y para Paco también en sus inolvidables años de presencia salesiana en Bolivia.
De la misa a la mesa. Para culminar este día de fiesta y homenajear a los dos hermanos como se merecían, todos los presentes en la celebración eucarística compartieron mesa en un renombrado restaurante de la ciudad abulense. Manuel de Castro, como director de la casa Sto. Domingo Savio les hizo entrega de un detalle, en nombre de toda la Comunidad, como recuerdo de este día y este acontecimiento inolvidables. Tras saludar a los hermanos ancianos y enfermos de la Residencia Rinaldi, se hizo el retorno a Madrid el día que la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría, hace cien años, para traer al mundo un mensaje de paz y reconciliación de parte de Dios…, cincuenta de los cuales Paco y Jesús han servido a Dios y a los jóvenes de nuestro mundo, como signos de esa paz y reconciliación para cientos de niños y jóvenes pobres y necesitados de nuestro mundo; sirviendo a multitud de personas, de toda edad y condición, como religiosos, sacerdotes y educadores en la estela de D. Bosco.
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