Por todas partes y a todas horas tendrían que surgir voces de
protesta contra TRUMP. Tenemos que unirnos todos y hacer que desde cada
rincón del mundo se acreciente el clamor de rechazo a lo que este
personaje y los que le rodean intentan hacer riéndose de algunos de los
derechos humanos: los que afectan a los más débiles. Lo dramático de la
situación es lo que significa el triunfo la ideología de este personaje,
compartida con todos los que le rodean y por un importante número de
quienes le llevaron con sus votos, o con lo que sea, a empuñar el cetro
del poder en el país más importante de la tierra.
TRUMP, UNA VERGONZOSA REALIDAD
Que Trump sea fruto de unas elecciones democráticas no puede
impedirnos manifestar nuestra disconformidad con las disposiciones que
está firmando. Es el argumento que algunos emplean en su favor. Hay
muchísima gente que con razón se avergüenza de lo que este personaje
parece que intenta hacer: cambiarlo todo, pero para peor.
No sólo es vergonzoso el muro que quiere seguir
haciendo entre EE.UU. y México (en realidad toda latino américa), ni los
arbitrarios impedimentos para que entren determinados extranjeros, ni los permisos para actuaciones de violencia contra el medio ambiente, ni la pretensión de dejar sin sanidad pública a los más débiles de la sociedad estadounidense, etc., que también.
Dan igualmente vergüenza los que apoyan a Trump, dan
vergüenza los personajes de los que se está rodeando, dan vergüenza los
que votaron a quien ya se presentó con modos negativamente disonantes y
con rasgos xenófobos, machistas... Y también dan vergüenza los que por comodidad no participaron en las elecciones para impedir su triunfo.
Dan también vergüenza todos los que no se manifiestan
en contra de quien desde la cúspide del poder de este mundo está
despóticamente pisoteando importantes derechos humanos. La calle, la
red, todas las instituciones tendrían que ser un clamor de rechazo a un
personaje tan impresentable. Juntémonos todos en un grito de protesta
tan ensordecedor que le obligue a dimitir.
UN ESTADO DE DERECHO QUE NOS DEFIENDA
En parte, sólo en parte, Trump ha sido una sorpresa. Muchos creíamos
que no ganaría las elecciones y otros que no sería capaz de hacer lo que
decía. Se pensaba que con un discurso tan groseramente ultraderechista y
tan radicalmente neoliberal y proteccionista (de los suyo y de lo suyo)
sólo quería captar algunos votos más.
Pero no, vemos ahora que iba en serio. No sé qué
esperanza se pueda tener en que le fuercen a entrar en razón y cambie,
que pase a hacer una política en favor del bien común de las Personas y
de la Tierra y no en favor de los que mejor viven en EE.UU. ¿Los
apoderados del sistema, los que siempre están detrás moviendo los hilos
del poder, no se dan cuenta de que Trump nos puede meter a todos en un
callejón sin salida, incluidos los estadounidenses.
Trump está transmitiendo al mundo que no nos vale un Estado que “deja hacer y pasar”
sin ningún tipo de control. Los poderosos sin escrúpulos nos
avasallarán. Estamos viendo la imperiosa necesidad de tener unas leyes
que nos protejan a los ciudadanos en general, y en particular a los más
débiles, de los desmanes de cualquier loco. Digamos un no rotundo al
liberalismo para que los más fuertes no puedan actuar a sus anchas. No
también al proteccionismo de los que mejor viven. El ideal es querer un
mundo mejor para todos por igual.
Pero, ojo, Europa no es, en estos momentos, muy diferente.
También aquí hay muros y rechazo al extranjero (las alambradas de
concertinas, los campamentos en Grecia, Turquía… y ahora Libia). También
aquí hay marginados fuera del sistema, como son los parados que no
encuentran trabajo después de meses y años. Aquí en la U.E. vemos que
también prosperan ideologías xenófobas…
NO LO OLVIDEMOS NUNCA: VOTAR ES IMPORTANTE
Cuando hablamos de lo impresentable que es este personaje, quienes lo
defienden nos responden: “ha sido votado democráticamente”. Trump nos
está haciendo ver lo importante que es votar, pues no
todos los políticos son iguales. Y si fuera así, habría que buscar
otros. A veces tenemos miedo apoyar las nuevas opciones que aparecen y
podrían ser la solución para regenerar sociedades donde el poder está
excesivamente corrompido, puesto descaradamente al servicio de los que
más tienen y mejor viven. Estamos viendo lo importantes que son las
elecciones y que debemos ser especialmente militantes para animar a
votar a quienes creemos que elegirán a los mejores políticos.
Sabemos que la democracia es mucho más que elegir a quienes queremos
que nos gobiernen. Hay que tener cauces de participación popular para
controlar la actuación de los políticos y aprovecharlos ejerciendo de ciudadanos responsables.
Resumir nuestra actuación en lamentar lo mal que lo hacen nuestros
dirigentes y en criticarlos en los corrillos donde se desarrolla nuestra
vida, suele ser lo más frecuente y sirve de poco o de nada.
¿QUÉ DICE AHORA EL CARDENAL BURKE?
No hace mucho recordaba lo que el cardenal Burke decía de Trump después de su triunfo electoral: “el pueblo estadounidense ha votado sabiamente”,
“Trump es una persona que entiende de los valores que son de
importancia fundamental para los católicos” y que él estaba “convencido
de que llevará a cabo la defensa de la vida humana desde la concepción… y
pondrá en marcha todas las acciones posibles para luchar contra el
aborto”. El Cardenal destacó también que Trump “muestra una gran
disposición a escuchar a la Iglesia sobre estos asuntos: la vida humana,
la integridad del matrimonio y la familia o la libertad religiosa”. Y
alaba también a Trump porque nombró para su campaña a 30 asesores
católicos.
Hay que estar atentos por ver si se retracta el “conspicuo” cardenal al
observar la catadura de los primeros decretos firmados por su
presidente. A veces el color del cristal de la ideología que uno tiene
no nos deja ver la verdad de lo real, que en este caso es el sufrimiento
que sus decisiones van a provocar en los extranjeros que sean
expulsados, en las familias que no les dejen entrar de visita en los
Estados Unidos, en los que queden desprotegidos de sanidad pública…etc.
Felizmente en EE.UU. se han levantado voces importantes que no piensan como el cardenal Burke. El arzobispo de Newark, cardenal Joseph Tobin ha dicho que Trump “es lo opuesto de lo que significa ser estadounidense”,
que “las acciones ejecutivas no muestran a los Estados Unidos como una
nación abierta y acogedora”, que “cerrar fronteras y construir muros no
son actos racionales”. “Detenciones masivas y deportaciones colectivas
no ayudan a nadie; estas políticas inhumanas destruyen a familias y comunidades”.
Igualmente el cardenal de Chicago, Blase Cupich, afirma que se está viviendo “un momento oscuro
en la historia de EEUU”. “La orden ejecutiva de rechazar a los
refugiados y cerrar nuestra nación a los que huyen de la violencia,
opresión y persecución -muchos de ellos musulmanes- es contraria a los
valores tanto católicos como estadounidenses”. Califica las decisiones
que se están tomando de “crueles e ignorantes de la realidad” -tomadas,
además, de forma “precipitada y caótica”.
Unámonos todos a estas voces valientes de condena que, al lado del
rechazo que la política de Trump está recibiendo en las calles de muchas
de las importantes ciudades de EE,UU., quizás puedan parar el maltrato
de los derechos humanos y de la Tierra, ejercido por el grupo de poder
estadounidense que hoy lidera, al menos visiblemente, Donald Trump.
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