- Por: Redacción
22/03/2016
152 capitulares venidos de diferentes puntos de la Inspectoría se dieron cita del 18 al 22 de marzo en la Residencia Fray Luis de Léon de Guadarrama, en la segunda sesión del CI16, tras la primera en diciembre.
La jornada del lunes se dedicó a los últimos trabajos del CI16. Las comisiones estuvieron trabajando el sábado y domingo sobre las aportaciones recibidas para cada documento. Estas aportaciones llegaban como intervenciones escritas (que no se habían hecho en el aula) y las intervenciones de los dos turnos de palabra que seguía a la presentación de cada uno de los documentos.
Las comisiones fueron estudiando los diferentes modos y reformando, en su caso, el documento previo. Ya el domingo por la noche se envió a todos los Capitulares los documentos finales preparados para la votación.
El lunes por la mañana, cada comisión presentó en el aula el documento final. Los relatores fueron explicando las aportaciones que se habían asumido, los cambios que se habían introducido y las razones de estos. A media mañana se concluyó este proceso. El resto de la mañana se dedicó a un tiempo de lectura personal de los textos para preparar las votaciones de la tarde.
De nuevo en el aula, toda la sesión de la tarde se dedicó a las votaciones de los documentos. En total se enviaron diez formularios de votación por correo electrónico. Poco a poco, en un trabajo disciplinado y serio, los Capitulares fueron respondiendo y votando los documentos que fueron obteniendo un refrendo ampliamente positivo.
Al terminar este día, el Inspector dirigió unas palabras para clausurar el primer Capítulo Inspectorial de la nueva Inspectoría Santiago el Mayor. Su intervención giró alrededor de cuatro palabras: gracias, comunión, compromiso y esperanza.
Habiendo terminado los trabajos capitulares, la mañana del martes 22 se dedicó solo a la Eucaristía de clausura. Aunque estaba previsto terminar este día con la comida, el buen y ágil hacer de los Capitulares hizo que no fuera necesario dedicar esta mañana.
En la Eucaristía de clausura, presidida por el Inspector, estuvieron presentes también representantes de otros grupos de la Familia Salesiana. Al final de la misma, se entregó una lámpara a cada comunidad como recuerdo de este primer Capítulo de la nueva Inspectoría, con el compromiso, como reza la frase que iba adherida, de ser “luz para llevar la salvación hasta el confín de la tierra” y, como señaló el Inspector en la homilía, comunicar “a los jóvenes, con transparente coherencia, el sentido de nuestra vida”.
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