La vida no es una improvisación. Nuestras decisiones más importantes tampoco son espontáneas ni porque sí, sino que van precedidas de muchas otras pequeñas
y cotidianas decisiones que van configurando el momento de la definitividad. Así sucede también en Jesús. Su vida es inseparable de su ajusticiamiento, su muerte. Estos son consecuencia de su modo de ser y estar en la vida y con la gente, siendo misericordia en acción, misericordia en relación. ··· Ver noticia
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