5 abril, 2014 Por Aurelio
“No soy un comunista, lo que sucede es que la pobreza se encuentra en el centro del mensaje del evangelio”. El papa Francisco pone las cosas negro sobre blanco, durante el encuentro con cinco jóvenes belgas que tuvo lugar en el Vaticano hace pocos días y cuyo vídeo fue difundido en la web belga deredactie.be.
ZENIT
El Papa les indica que hace dos meses una persona dijo que él era un comunista porque hablaba mucho de los pobres. “¡No, reiteró, ésta es una bandera del evangelio, la pobreza sin ideología!”.
Esta entrevista nació de un proyecto de comunicación: “Verse Vis”, de la pastoral juvenil flamenca y en el que trabajaron en total 15 jóvenes de idioma flamenco. Su obispo, Lucas Van Looy, medió el 31 marzo pasado. Poco después Francisco los recibió en el Palacio Apostólico, los cinco presentes le interrogaron en inglés y el Papa respondió en italiano, indicando su deber de responder “a las inquietudes de los jóvenes”. Los protagonistas titularon el video de unos treinta minutos: “Habemus Papam”.
“En este momento el hombre fue desplazado del centro de la historia y puesto en la periferia, mientas que al centro fue puesto el poder y el dinero”, dijo el Santo Padre. Y lamentó que “en este momento los jóvenes son echados afuera. Como son echados los niños, no queremos niños, solamente familias pequeñas, y como son echados los ancianos”. Y precisó que “muchos de ellos mueren por una eutanasia escondida, porque no son debidamente curados”.
Sobre el desempleo el Santo Padre indicó: “Y ahora también los jóvenes son echados: en Italia por ejemplo la desocupación de los de menos de 25 años es casi del 50 por ciento”. Les recordó que en Buenos Aires había encontrado y hablado con tantos políticos jóvenes, sea de derecha que de izquierda, y que le había gustado porque “hablan con una nueva música, con un nuevo estilo de política”.
Luego, respondiendo a una pregunta formulada por los jóvenes belgas, Bergoglio afirmó sonriendo: “Me he equivocado y me equivoco. Se dice que el hombre es el único animal que cae dos veces en el mismo lugar. Los errores en mi vida han sido grandes maestros. Yo no diría que he aprendido de todos mis errores: de algunos no, soy terco. Pero de muchos otros errores he aprendido y esto me ha hecho bien”. Preguntado por un ejemplo concreto, el Papa respondió: “Voy a decirlo… Lo he escrito en un libro, es público. Fui nombrado superior muy joven, tenia 36 años, y he cometido muchos errores con el autoritarismo. Luego he aprendido que es necesario dialogar, ver lo que piensan los demás. Pero no lo he aprendido de una vez por todas… todavía me equivoco”.
Los jóvenes belgas le preguntaron entonces si tiene miedo de algo, y el Papa respondió , sin dejar de sonreír , “¡De mí mismo! En el Evangelio, Jesús repite muchas veces: “¡No tengan miedo!” Muchas veces lo dice, porque sabe que el miedo es una cosa normal, entre comillas: tenemos miedo de los desafíos de la vida, miedo ante Dios. Todos tememos miedo, todos, no tenemos que preocuparnos de tener miedo… Tienes que tratar de aclarar la situación. Hay un miedo malo y un temor bueno: este último es la prudencia. El miedo malo te destruye, no te deja hacer, y éste tenemos que tirarlo fuera”.
Cuando uno de los jóvenes preguntó a Francisco si es feliz, él respondió sin vacilar: “Absolutamente, absolutamente estoy feliz. Tengo una cierta paz interior, una gran paz. Es una felicidad que viene con la edad y también con un camino… En mi vida y también ahora siempre he tenido problemas, pero esta felicidad no desaparece con los problemas”.
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