Rouco
Varela se queda muy lejos de congregar a medio millón de fieles en su
particular ‘Orgullo de la Familia’. Recuerda la labor de la Iglesia para
salvar a los jóvenes del “sexo salvaje”.
Criminalizado el aborto, la Iglesia insiste en imponer su modelo de familia
Rouco se queda muy lejos de congregar a medio millón de fieles en su
particular ‘orgullo de la familia’ -evidentemente cristiana-. Recuerda
el papel de la Iglesia para salvar a los jóvenes de “la droga” o “el
sexo salvaje”
Conseguida la abolición del aborto, la
Iglesia Católica ha celebrado este domingo en la plaza de Colón de
Madrid su particular orgullo de la familia, en el que ha vuelto a
reivindicar el modelo de familia cristiana, obviando por completo la
existencia del resto de modelos de familia propios de un Estado de
Derecho.
El polémico cardenal y arzobispo de Madrid Rouco Varela, que en
varias ocasiones ha mostrado públicamente su rechazo al aborto y al matrimonio gay
ha asegurado que en medio de la “dura y persistente crisis”, la familia
cristiana está demostrando “su insuperable e insustituible valor para
la solidaridad y la paz social”. De madres o padres solteros, parejas
homosexuales con o sin hijos… silencio sepulcral.
Muy lejos del medio millón de personas que Varela pretendía congregar
, decenas de miles de fieles se han concentrado desde aproximadamente
las diez de la mañana y hasta cerca de las dos de la tarde en la
céntrica plaza, venidos incluso desde el otro lado de nuestras fronteras
para celebrar el día de la familia. “La familia cristiana”, como se
encargaba de matizar una pareja de asistentes a la Fiesta de la Sagrada Familia.
En esta línea, Varela ha defendido la familia constituida dentro del “matrimonio indisoluble” como la “célula básica”
de la sociedad frente a la “agobiante atmósfera intelectual y
mediática”, en la que prima una concepción de la vida caracterizada por
la transitoriedad.
En el acto no han faltado las referencias a la subyugación de la
mujer al hombre: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos”,
leía uno de los oradores. En lo que a todas luces es una celebración
religiosa y una clara demostración de poder, y a pesar de la reciente
consecución de uno de los objetivos básicos de su Iglesia, el cardenal
no ha dejado pasar la ocasión de denunciar ante los cristianos venidos de todos los puntos del país que “ni siquiera el don de la vida se entienda como definitivo e inviolable”.
En el acto, al que han asistido representantes eclesiásticos de la talla de Juan Antonio
Reig Plá-el obispo que advirtió a los homosexuales que los que se
“corrompan” “encontrarán el infierno”, y que ofició una misa con una
bandera franquista a su espalda- no han faltado las referencias a la
subyugación de la mujer al hombre: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de
vuestros maridos”. “Maridos, no seáis ásperos con vuestras mujeres”,
leía un orador sin identificar pocos minutos después del momento cumbre
de la ceremonia: la intervención del Papa Francisco emulando al Rajoy de
plasma.
En un discurso de 15 minutos de duración el Pontífice ha destacado el
valor de la familia, y ha evitado caer en los tópicos a los que Rouco
Varela no ha querido renunciar, fiel a su estilo. Entre misas y
cánticos, con el alegre tintineo de las monedas en el cepillo como apoyo
musical, el arzobispo ha resaltado la ayuda que la Iglesia puede
prestar “a los enfermos crónicos, a los terminales, a los que han
perdido el puesto de trabajo”, así como “a los jóvenes que han
derrochado sus vidas con el alcohol, la droga y el sexo salvaje”.
El Orgullo que sí gusta a Ana Botella
El mismo Ayuntamiento que cada año pone más trabas a la celebración
del Orgullo Gay -baste recordar los líos de la alcaldesa del relaxing
cup con las peras y las manzanas – cortó la principal arteria de Madrid
-la Castellana- para permitir la instalación de un imponente escenario
de un centenar de metros de largo.
Mientras tanto, en las calles adyacentes, decenas de fieles hacían
cola para utilizar los confesionarios portátiles, herencia de las
Jornadas Mundiales de la Juventud, que paralizaron el corazón de Madrid
durante una semana de celebraciones en verano de 2011.
La ceremonia ha transcurrido entre misas y cánticos, con el alegre tintineo de las monedas en el cepillo como apoyo musical
Varias decenas de cargos eclesiásticos observaban a los “peregrinos”
que asistieron al evento desde el escenario, flanqueados por más de un
centenar de músicos y cantantes que amenizaban la ceremonia con sus
melodías, que una docena de enormes torres de altavoces se encargaban de
reproducir a un volumen atronador.
El error de cálculo de monseñor Varela se hizo evidente al observar
cómo las torres de altavoces llegaban hasta apenas una decena de metros
de la sede del PP, en Génova 13, a pesar de que los últimos grupos de
manifestantes permanecían a más de cien metros del lugar.
Mande el PP o el PSOE, este tipo de actos sí gozan del apoyo de las
autoridades, a pesar de que no sólo consistan en reivindicaciones
religiosas. Vetado el acceso de las madres solteras y lesbianas a la
fecundación asistida a través de la sanidad pública, eliminado el aborto
e impuestos límites legales a los derechos de la mujer, la Iglesia
reivindica oportunamente su modelo de familia, compartido por el
Gobierno del Partido Popular
“Una familia es la formada por un padre, una madre y los hijos”
(EFE) El presidente del Consejo Pontificio para la Familia del
Vaticano, arzobispo Vincenzo Paglia, ha defendido este domingo que una
familia es la formada por un padre, una madre y los hijos, y que
cualquier otra opción constituye un diferente modo de convivencia, pero
no una unidad familiar. Paglia ha presidido hoy la misa que se ha
celebrado en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona con motivo
de la fiesta de la Sagrada Familia, una celebración que ha tenido lugar
también en la plaza Colón de Madrid. En declaraciones a TV3, el
representante del Vaticano ha defendido el modelo de familia
tradicional, integrada por el padre, la madre y los hijos, y ha añadido
que “es verdad que hay otras formas de convivencia”, aunque “no son
familia”, sino “otro modo de convivir”.
El máximo responsable del Consejo Pontificio de la Familia ha
presidido la misa junto al cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís
Martínez Sistach, y al final de la misma ha dedicado un buen rato a
saludar personalmente a los feligreses que han acudido al templo. Al
mediodía, los asistentes a la ceremonia en el templo proyectado por
Antoni Gaudí han podido escuchar, en retransmisión vía satélite desde el
Vaticano, el rezo del Ángelus del Papa Francisco desde la plaza de San
Pedro.
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