“Sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza”, así se ha referido al naufragio de Lampedusa el papa
Francisco tras conocer la magnitud de la tragedia. “Hablando de crisis,
hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma
grande de la falta de respeto por el hombre, no puedo dejar de recordar
con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio
ocurrido hoy cerca de Lampedusa”, ha añadido el pontífice.
Además ha pedido “rezar juntos por quienes han perdido la vida hombres, mujeres, niños y por los familiares y por todos los
refugiados” y ha invitado a “unir los esfuerzos para que no se repitan
tragedias similares” ya que “sólo una decidida colaboración de todos
puede ayudar a prevenirlos”.
Ante la gravedad de la situación y la falta de soluciones, Francisco
eligió la isla de Lampedusa, a 205 kilómetros de Sicilia y a 113 de las
costas de África, como destino de una de sus primeras visitas
pontificias, en julio. Allí, Jorge Mario Bergoglio realizó un
llamamiento contra “la globalización de la indiferencia” y se preguntó:
“¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y
hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las
barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos
hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias? Somos
una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto. La ilusión por
lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia
hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia”.
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