La conclusión que se deriva de un rápido vistazo a los márgenes de beneficio de las eléctricas españolas respecto a sus rivales europeas es que su negocio resulta rentable en España. La generación de beneficios a partir de las ventas conseguidas es mayor en España de la que lo es en el resto de Europa.
En concreto, firmas como Iberdrola, Endesa o Gas Natural consiguieron situar sus márgenes en el 6,78% en el conjunto del año 2012, mientras que las grandes eléctricas del Viejo Continente -E.ON, Enel, EDF y RWE- dejaron este ratio en el 2,62%, como ya adelantamos en el nº 4 de Inversión a Fondo, que puede ver en www.eleconomista.es/kiosco/inversión.
Esto significa que de cada cien euros de ingresos que generaron las compañías del sector, en Europa convirtieron en beneficio 2,6 euros y en España, 6,8 euros. Pero esta situación no ha sido algo aislado de 2012, sino que está siendo la tónica general de los últimos años y todo indica que seguirá en los próximos. De este modo, las previsiones de los analistas para 2013 sitúan los márgenes de las eléctricas made in Spain en el entorno del 6,23% y el de las europeas en el 3,49%, según el consenso de mercado que recoge FactSet. Un año más, las firmas españolas conseguirán casi duplicar la generación de beneficios respecto a la media de firmas del continente a pesar de la nueva reforma energética que prepara el Gobierno y de la que ha advertido el ministro de Industria, José Manuel Soria, que “no va a gustar”.
Un largo camino
La lucha para frenar el déficit de tarifa en España obligará a repartir los costes del caro sistema de generación de energía del país -primas a renovables y al carbón incluidas- entre los diferentes agentes que participan en el proceso, lo que repercutirá directamente sobre los productores. El camino que todavía queda por recorrer es el que ya han avanzado otros países europeos durante la crisis para ajustar sus costes.
Desde el estallido de la crisis, los márgenes del sector en las grandes empresas europeas han ido retrocediendo con fuerza a ritmos de doble dígito anual, mientras que en España estos márgenes aumentaron en 2008 y apenas cayeron en los ejercicios de 2010 y 2012.
Las previsiones para este año que maneja el consenso de mercado apuntan a que Iberdrola conseguirá convertir en beneficios más de un 7,5% de sus ingresos, lo que significa triplicar el ratio de ganancias de E.ON o duplicar los de la italiana Enel, que se quedarán en el 2,25 y el 3,72%, respectivamente. Esto significa que, si Iberdrola tuviese un margen igual al de la eléctrica alemana, tendría un beneficio un 70% inferior. De este modo, si se tienen en cuenta las previsiones para este ejercicio, las ganancias de Iberdrola no serían de 1.760 millones de euros, como estiman los analistas, sino que se quedaría próximo a los 750 millones. Por su parte, Endesa terminará el año con un margen próximo al 5,5%, el mismo nivel que manejan los expertos para Gas Natural.
El ajuste sigue su curso, pero la distancia respecto al resto del continente es amplia, lo que significa que la distancia de precios entre la producción y la venta en España todavía es mucho más favorable que en el resto del continente. ¿Significa esto que el Ejecutivo todavía tiene carril para aplicar más impuestos a la producción hasta llegar a una situación similar a la europea? Es posible. Lo que está claro es que la próxima reforma energética que planea el Gobierno podría revertir esta situación y estrechar la horquilla de beneficios en España.
Una inversión de riesgo
Alemania ha dado una vuelta de tuerca más a su reforma del sistema energético, al iniciar su camino para eliminar las centrales nucleares del país de forma paulatina. Esta transformación ha provocado una fuerte caída de los márgenes del sector y también ha elevado la factura a los consumidores, pero que a la larga generará beneficios ecológicos.
Esta situación ha golpeado directamente a la opinión que tienen los analistas de sus eléctricas. Muy pocas son las casas de inversión que se atreven a recomendar positivamente sus títulos, mientras que firmas como E.ON o RWE son una venta muy clara para los analistas. La situación en el resto de Europa no está mucho mejor, ya que EDF también recibe un semáforo rojo de los analistas. De las grandes eléctricas de los países de la Unión, sólo Enel consigue ser un mantener.
La situación en España no es la misma, aunque para nada puede considerarse holgada. Las tres energéticas tratadas reciben una recomendación de mantener sus títulos en cartera, lo que refleja su mejor situación, sin embargo, muchos de los analistas que las siguen sí que consideran que es el momento de deshacerse de sus títulos. A pesar de sus peores márgenes, los títulos de las firmas europeas cotizan a un ratio PER (que mide el beneficio por acción frente al precio del título) menor que el de las españolas. La media de las eléctricas europeas se sitúa en las 9 veces, mientras en las españolas supera el 12%, según las estimaciones de los analistas para 2013.
El Economista.
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