“Hacen falta obispos que amen la pobreza y que no tengan psicología de príncipes”
Arremete contra los que quieren una Iglesia basada “sólo en la disciplina y la seguridad doctrinal”
Una Iglesia inclusiva, coordinada, menos preocupada en condenar y más en proponer actitudes de conversión. Sin más ideología que la del mensaje del Evangelio. Y con obispos “que amen la pobreza, y que no tengan psicología de príncipes”. Este es el núcleo del discurso, uno de los más largos de este viaje, que Francisco acaba de dar a la cúpula del CELAM.
Arremete contra los que quieren una Iglesia basada “sólo en la disciplina y la seguridad doctrinal”
Una Iglesia inclusiva, coordinada, menos preocupada en condenar y más en proponer actitudes de conversión. Sin más ideología que la del mensaje del Evangelio. Y con obispos “que amen la pobreza, y que no tengan psicología de príncipes”. Este es el núcleo del discurso, uno de los más largos de este viaje, que Francisco acaba de dar a la cúpula del CELAM.
Ante los obispos latinoamericanos, Francisco ha vuelto a arremeter contra las “tentaciones” de la Iglesia actual, que van desde la autorreferencialidad hasta el carrerismo, pasando por las dinámicas de ideologización la excesiva doctrina y el clericalismo. Una tentación de la que no se libran los pastores, bromeó el Papa. “Desde el obispo para abajo, todos van a ser tentados… ¡Sí, sí, aquí no se salva nadie!”, apuntó el Papa, quien reclamó que “los obispos deben ser pastores”.
Francisco ha declarado dos “objetivos urgentes” para la Iglesia, en Latinoamérica y en todo el mundo: “renovación interna de la Iglesia y el diálogo con el mundo actual”. En el primer punto, el Papa ha denunciado las “estructuras caducas”, para que el trabajo de evangelización “sea más pastoral que administrativo”.
Tomando como base el Documento de Aparecida, el Papa ha reclamado una mayor relevancia de los consejos pastorales, diocesanos y parroquiales, así como de las comunidades de base. “Es un problema de actitudes y de reforma de vida”.
Seguidamente, y tras instar a los obispos a no cansarse de dialogar con el mundo, Francisco alertó de las “tentaciones” por las que pasa la Iglesia. Señaló varias: “la ideologización del mensaje evangélico”, a través de “el reduccionismo socializante”, “la ideologización psicológica”, la “propuesta gnóstica” comandada por los “católicos ilustrados” y la “propuesta pelagiana”, de aquellos que “buscan una solución sólo en la disciplina, en la restauración de conductas, en la seguridad doctrinal o disciplinaria”.
También arremetió Francisco contra el “clericalismo”, que explica, “en gran parte, la falta de adultez y de cristiana libertad en buena parte del laicado latinoamericano”. Frente a ello, la experiencia de “el católico como pueblo”, los grupos bíblicos, las comunidades eclesiales de base y los Consejos pastorales.
Francisco reflexionó sobre el papel de los obispos. “Han de ser pastores, cercanos a la gente, padres, hermanos, pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza, tanto interior como exterior”, afirmó.
“Deben ser hombres que no tengan psicología de príncipes, que no sean ambiciosos, que sean esposos de una iglesia sin estar a la expectativa de otra, esperando la promoción. Deben velar por la esperanza de su pueblo”, añadió.
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