Estamos rodeados de una caterva de delincuentes aposentados en las más altas parcelas del poder que no dan descanso a sus almas con el fin de rapiñar el dinero de los españoles sin detenerse en la delicada situación que se encuentra el país. En las poltronas de las compañías eléctricas están aposentadas las familias provenientes de la transición franquista que igual que el sindicato del crimen se reparte el territorio para evitar confrontaciones y así poder, a sus anchas, extorsionar a los incautos que caen en sus fauces.
Las compañías eléctricas clonan la aplicación de los hampones de Chicago y contratan a los pistoleros más sanguinarios, aquellos que se prestan a proporcionar una respetable fachada a cambio de una morterada de dinero que resulta el chocolate del loro de cuanto acaban robando a una ciudadanía indefensa. El nuevo gobierno del Partido Popular, recién llegado al poder, se las tuvo que ver con el lobby eléctrico que por vicio y costumbre pretende trimestralmente elevar el precio de la tarifa. En enero, el ejecutivo de Mariano Rajoy pudo contener a esta jauría, pero llegados a día de hoy el ministro del ramo ya ha anunciado para el mes de abril un aumento del recibo de la luz de un 7%. En esta ocasión se ha rizado el rizo con la teatral actuación del Tribunal Supremo que obliga al gobierno a que se incremente el recibo de la luz. Los supremos no tienen vergüenza, creo que opinaras lo mismo una vez que tengas la paciencia de llegar al final de la narración. Lo menos importante, aunque también lo es, es el porcentaje de aumento.
Lo que realmente importa es la milonga que ha montado el sindicato del crimen y los conselleri en su papel de políticos que rigen los designios de la nación. Lo que ocurre en España no ocurre en ningún país del mundo. Eso al menos tendría que llamar la atención: la electricidad es la más cara de Europa, excepto Chipre y Malta que no son puntos de referencia, y además somos el único país del mundo que mantiene una astronómica deuda con las compañías eléctricas por diferencias con la tarifa, es decir que año tras año se acumula una deuda por déficit tarifario que según la definición de la Comisión Nacional de la Energía: “Es la diferencia entre el coste real de la electricidad y el precio que los usuarios están pagando por ella”. Ver post El recibo de la luz miente. Averigua como te engañan. No hace falta ser un experto o un lumbreras para deducir que si la tarifa española es la más cara de Europa y a la vez del mundo y lo que pagan los consumidores no llega a cubrir el coste en un desfase de miles de millones. Algo falla. No obstante, las compañías eléctricas tienen esplendorosos beneficios. El pasado año las tres grandes: 6.351 millones de euros. Endesa 2.221 millones, Gas Natural Fenosa 1.325 millones e Iberdrola 2.805 millones de euros, algo no cuadra. Esta claro que el coste tiene algo que ver.
¿Qué tiene nuestra producción eléctrica para que resulte tan cara al consumidor? Nada que pueda ser relevante. La potencia instalada en porcentajes es el siguiente: el 22% se obtiene de las energías renovables, eólica y solar, el viento y el sol hacen lo suo, el 17% de la hidráulica, amortizada y con el agua a gratis total, un 8% la proporciona las instalaciones nucleares super amortizadas, y un 9% lo aporta el carbón. Un 56% no tiene que ver con el petróleo ni con su precio, y así y todo es el mismo para todos los países de nuestro entorno. Estamos ante las reflexiones del Mourinho “¿Por qué, por qué?” aquí podemos decir que hemos llegado a la respuesta: el robo descarado del sindicato del crimen y la caterva que nos gobierna. Se junta el hambre y las ganas de comer y una cadena de atropellos que perjudica a la ciudadanía y compromete a la solvencia de la deuda española. Fue el PP de Aznar que instauro el truculento método de contentar a todos. Por una parte se apuntaba la medalla de contener los precios de la tarifa eléctrica, a principios de la década pasada, y creaba un monstruo como método para el cálculo de la tarifa. Se trata de la lindeza que el mismo que produce es el mismo que vende y el mismo que fija el precio. El sistema que regula las subidas del recibo de la electricidad en España incluye como pieza fundamental una amañada subasta de trileros llamada subasta CESUR (Compra de Energía para el Suministro de Último Recurso) un pomposo nombre que tiene más que ver con Juan Palomo yo me lo guiso yo me lo como.
En resumen no es sino una convención de empresas que juegan a subirse los precios durante las fechas y plazos prefijados para calcular el precio final. Es una pantomima consentida por el gobierno de turno. Ni tan siquiera es un truco, es un perverso mecanismo que se pone en las manos del sindicato del crimen con un historial plagado de expolio a las arcas públicas que a través de la narración acabaremos de desenterrar del olvido. Se trata de impunidad a toneladas y confraternización sectaria. Los mangantes del sindicato tratan de crear la confusión entre costes montados sobre una ficción de un imaginario precio de mercado, es decir, de la pantomima teatral de la subasta CESUR que disfraza los costes de los realmente incurridos. Los gobiernos de turno son incapaces de poner fin a un sistema de fijación de tarifas escandalosamente inclinado hacia los ingresos de las compañías eléctricas y fácilmente manipulable.
El mangoneo debe de dar para todos y nadie parece dispuesto a desmontar el sistema actual de cálculo de las tarifas y sustituirlo por otro que refleje mejor la evolución de los precios de las materias primas energéticas en los mercados internacionales. Un segundo error lo comete el gobierno del PSOE que ha permitido que la supuesta diferencia entre el coste y la tarifa se transforme en un problema de solvencia de la deuda española. Si nada se hace a finales de esta década los españolitos cargaran con una deuda de 60.000 millones de euros en parte ya titularizada, Es decir, el sindicato para consumar su expolio y que no tenga vuelta atrás ha puesto la deuda en el mercado financiero con el aval del Estado –de esto ya hablaré más adelante-. Los ministros de Industria, todos ellos, ha mostrado una incapacidad de respuesta ante la presión de las empresas, a través de sus lobbys, frenando su ímpetu en el encarecimiento del recibo eléctrico. Para tapar el engaño se fuerza la maquina informativa en señalar a los precios del petróleo como artífices de la inevitable subida de las tarifas eléctricas.
¿Tanto cuesta hacer una auditoria a las compañías eléctricas para poner patas arriba toda esta milonga? Se trata de un rollo detrás de otro, como la promesa del gobierno que la liberalización del mercado energético iba ha producir una feroz competencia y las compañías se iban a sacar los ojos en busca de un mejor precio. Las promesas de liberalización han resonado durante lustros sin que se haya podido conseguir algo tan simple como la separación de la propiedad entre generación y comercialización.
Bien, ya tenemos esbozada una introducción y sería el momento de una escueta reflexión: el sindicato del crimen manifiesta que ese despelote tarifario asciende a día de hoy a 24.000 millones de euros acumulados en poco más que una década. No obstante ahora el desfase anual se estima en 5.000 millones de euros que a este ritmo nos arruina como país. Veamos pues quienes están enchufados a esa fachada decorativa en la que todos se convierten, por activa o por pasiva, en el sindicato del crimen donde el poder económico y el político viajan en la misma limusina. Aquí la camarilla:
ENDESA: El fabuloso José María Aznar, ex Presidente del Gobierno y ahora Asesor Externo. El “padre de la patria” Miquel Roca, ex Diputado de CiU y ahora Consejero Externo Independiente. La miltrajes Elena Salgado vicepresidente y ministra de Economía. David Medi un “fontanero” y ex jefe de campaña electoral de CiU y hombre de confianza de Artur Mas presidente de la Generalitat de Cataluña, ahora presidente del Consejo Asesor de Endesa en Cataluña. El Partido Popular, el Partido Obrero Español y los nacionalistas de Convergencia están representados en la “familia” Corleone. También Luis de Guindos, ex Secretario de Estado de Economía fue Consejero Externo Independiente. Pío Cabanillas, ex Ministro Portavoz, y Rodolfo Martín Villa fue presidente de la eléctrica después de desempeñar la cartera de Interior con UCD
ENEL: La empresa pública italiana que controla Endesa da refugio al siempre presente Pedro Solbes, ex Ministro de Economía como Consejero No Ejecutivo.
GAS NATURAL-FENOSA: No podía faltar el antes chaquetadepana Felipe González, ex Presidente del Gobierno.
Compañía Logística Hidrocarburos CLH: Compañía española dedicada al almacenamiento transporte y distribución de combustible hidrocarburos y productos petrolíferos que es lo más cercano a la Cueva de Ali Baba. Miguel Boyer, ex Ministro de Economía y Hacienda fue su presidente.
RED ELÉCTRICA DE ESPAÑA: José Folgado, ex Secretario de Estado de Energía con Rodrigo Rato en el gobierno del PP, disfruta del cargo de presidente. Como su antecesor Luis Atienza nombrado por el gobierno de Zapatero. Miguel Boyer también anduvo por estos parajes. El abortado intento de nombrar Consejero de la entidad a Ignacio López del Hierro, esposo de la secretaria General del PP Maria Dolores de Cospedal.
ABENGOA: Ricardo Martínez, ex Secretario de Estado de Presupuestos. Alberto Aza, ex Jefe de la Casa del Rey. José Borrell, ex Presidente del Parlamento Europeo entre otros cargos ahora Consejero Independiente.
ACCIONA: Pío Cabanillas, ex Ministro Portavoz, ahora Director General de Comunicación e Imagen Corporativa. Javier Solana, ex Alto Representante de la Política Exterior de la UE. Carmen Becerril, ex Secretaria de Estado de la Energía.
IBERDROLA: Manuel Marín, ex Presidente del Congreso de los Diputados.
PETRONOR: Josu Jon Imaz (ex presidente del PNV) ocupa un cargo de dirección en la empresa.
40 años de oscuridad en la luz
La situación política en nuestro país es cada día más preocupante. Los diferentes Gobiernos con el apoyo, silencio y complicidad de sectores influyentes del supra poder económico vienen a configurar un clan mafioso que impone sus condiciones sin paliativos y domesticadamente se cuidan de difundir potentes conglomerados mediáticos que bajo el disfraz de servir a la opinión pública esconden intereses inconfesables. Bajo estas circunstancias se esta desarrollando un modelo de Estado que, por un lado parece viciado por la corrupción y la falta de transparencia y, por otro, genera tensiones, margina a una parte de la sociedad, y sutilmente se va debilitando. Aunque nos demos cuenta y nos percatemos cada día, el clan nos aplica una dosis más de su letal veneno convencidos de su impunidad y de la fragilidad de los ejes principales del gran pacto que supuso la aprobación de la Constitución. Frente a esa dañina agresión, sutilmente aplicada, la ciudadanía contempla atónita una evolución imparable. Los impulsores del clan tienen a su favor la maquinaria mediática que narcotiza a la sociedad civil con un lavado de cerebro a gran escala. Es evidente que se calla y otorga no sea que se enfaden los que detentan el poder y coarten una publicidad que necesitan imperiosamente para subsistir.
Ahora en un nuevo estadio, donde los vientos traídos por la dichosa globalización descargan su lluvia radioactiva a través de los mercados al imponer el beneficio a toda costa, la máxima la rentabilidad y el pelotazo como premisas con que la clase política esta construyendo un Estado donde imperan, exclusivamente, las doctrinas económicas. Los síntomas de la enfermedad afloran: privatizaciones de empresas públicas que enriquecen a unos pocos, descapitalizan el Estado y transfieren el poder a una oligarquía sin entrañas. Mientras se reparten cuantiosos beneficios, producto de la aplicación de unas tarifas cautivas permitidas por el gobierno de turno. El exterminio de los puestos de trabajo continúa como si nada pasara. Nos tenemos que tragar que las grandes empresas puedan quedar exentas de su tributación a las arcas del Estado. Los paraísos fiscales ya no están el Caribe, Hacienda descarga su ira en los contribuyente menos pudientes para compensar lo dejado de cobrar a los que mas tienen. La degeneración del Estado esta servida. Veamos ahora el intríngulis del recibo de la luz que viene de atrás.
No hace falta ser ministro, senador o diputado para entender que si se pretende liberalizar un sector del mercado, es para conseguir el objetivo de introducir la competencia para así abaratar las tarifas que se repercuten a los ciudadanos. Pues no, la clase política, legislatura tras legislatura con el cerebro enchufado a la patronal del sector, ya no distingue la realidad, producto de los electrochocs recibidos. Resulta que la liberación del mercado eléctrico, como ya ha ocurrido con el de los carburantes produce el efecto contrario. Pero el caso del sector eléctrico es el mas aberrante de todos, los trapicheos legislativos para tener contentos a los miembros de la “familias” que controlan los resortes económicos del país, singularizados en las eléctricas y la banca, ha sido propio de una republica bananera si se repasan las paginas del BOE.
La quiebra técnica de las principales empresas eléctricas del país producida por el tremendo error empresarial de invertir miles de millones de pesetas en el proyecto de nuclearizar España, han sido reconducidas al equilibrio patrimonial por la va fácil de incrementar la tarifa eléctrica. Se ha llegado a inflar el globo de las tarifas, al repercutir una y otra vez costes por distintos e imaginarios conceptos con variopintos nombres, acompañados de leyes que los legitimaban como saneamiento, moratoria, parón nuclear, protocolo, hasta llegar a la ley 50/1998 que modifica la disposición transitoria sexta de una ley ya aprobada el año anterior, la Ley del Sector Eléctrico 54/ 1997 que lo único que hace es incrementar la tarifa eléctrica en un 4,5%, cuando ya es la electricidad más cara del mundo, superando la media de coste de los países mas desarrollados en un 40%.
Como el camarote de los hermanos Marx en el que donde cabe uno caben cuarenta, a la tarifa eléctrica española le han aporreado los más variopintos conceptos hasta hacer reventar las bisagras. Pero no contentos con lo que el camarote da de si, hicieron aparecer en escena los “costes de transición a la competencia” que la prensa tradicional, muy comprensiva con el asunto y para encriptar su contenido, se le adjudicó la abreviatura de CTCs. Estos CTCs provienen de un protocolo suscrito entre el Ministerio de Industria y Energía y las “principales empresas eléctricas” suscrito el 11 de diciembre de1996. A diferencia de los comprensivos medios de comunicación lo encriptanron CTC, y los protocolizadores, que son los que entienden de verdad, los califican coloquialmente como “costes hundidos”.
Veamos lo que dieron de si los “costes hundidos”, que se incrustaron dentro del “Marco Legal y Estable” establecido por el Real Decreto de 1987, conocido como el de la moratoria, utilizando la conocida “técnica de Romanones” en la que el Parlamento hace la ley a la medida y los “protocolizadores” el reglamento. Así, sin que tan siquiera exista debate parlamentario, las eléctricas recibieron, con cargo a las tarifas, y en expresión literal de la disposición transitoria sexta, que “serán repercutidos como costes permanentes del sistema a todos los consumidores de energía eléctrica”, un importe de hasta 1.988.561 millones de pesetas, en los términos que reglamentariamente se establezcan.
Llama la atención, ya no solo la cuantía astronómica de casi 2 billones de pesetas (12.000 millones de euros), sino también la expresión, que es literal de “costes permanentes del sistema” como si se quisieran perpetuar en una próxima tacada, como efectivamente se ha producido con el déficit tarifario. No hay quien les pare los pies y la insatisfacción de los eléctricos es perpetua, dado el éxito que tienen sus peticiones, que no son nunca cuestionadas por la clase política respondiendo que si a todo, se practica una nueva vuelta de turca a la vista de que el camarote no revienta.
Mediante una enmienda senatorial de última hora, se dio una nueva redacción, en su artículo107, a la disposición transitoria sexta de la LSE, por el que se estableció la afección del 4,5% de la facturación eléctrica para compensar los CTCs. También fue modificada la cuantía, que se estableció en 1,3 billones de pesetas, con la condición de que se cobrara al contado, con la facultad de titularizarla. Los eléctricos, mandamases donde los haya, ya sabían bien lo que se hacían al presionar para un pago al contado, bajo el precepto de mas vale pájaro en mano que ciento volando. Sabían a la perfección que todo era una invención para sacar de las arcas públicas unos imaginados “costes permanentes del sistema”. Tan sacados de la manga que la Comisión Europea no tragó con el encantamiento de los “costes de transición a la competencia” y los calificó de ayudas de Estado. El problemon viene cuando los CTCs no figuran en los presupuestos generales del Estado y si en las tarifas, por lo que afecta a su constitucionalidad. Pero esto será para un próximo post, de momento quédate con la copla que el recibo de la luz contiene tantos conceptos que revientan las bisagras del camarote de los hermanos Marx.
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