Jorge Fauró
Un párroco balear ha sido el último en colgar los hábitos tras comunicar que se había enamorado. Ha hecho lo habitual entre muchos seglares: renunciar a la doble vida. En un mundo tan críptico como el de la Iglesia, es de agradecer que la curia active los mismos mecanismos que la vida laica
Un párroco balear acaba de renunciar al sacerdocio por amor. Otro. Van dos en menos de un año. Joan Femenia, cura de las poblaciones mallorquinas de Campanet, Moscari y Búger, es el segundo que deja de amar en exclusiva a Dios y al prójimo para cumplir con el Séptimo Sacramento, el del matrimonio, el más común entre el común de los mortales.
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