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En plena reunión de Glasgow coincidió que tuvimos dos importantes encuentros el fin de semana. El sábado tarde extensa videoconferencia con nuestra comunidad en California: Compartir un texto sobre la Contemplación en las iglesias Negras y otro sobre Energías Renovables: microredes que podrían salvar a la humanidad de falta de energía y mantener la temperatura estable.
Cientos de miles de personas estábamos orando para que Glasgow fuera un éxito, y a duras penas llegan a algunos acuerdos importantes pero no suficientes. ¿Será que tenemos que hacer una cadena de oración-contemplación, real, viva, continua, aprendiendo de diferentes iglesias y tradiciones? Para nuestros hermanos de color sobrevivir al horror de la esclavitud fue posible, para muchos, gracias a su profundo abandono en su Dios, a su confianza en que el Dios que les dio la vida no podía abandonarles a la suerte de los blancos ambiciosos, indiferentes al holocausto que provocaban.
¿Acaso se repite la historia? ¿Acaso no le hacemos esto a madre/hermana Tierra, explotándola y violándola sin parar? La causa es la misma: la ambición.
De haber ido Zaqueo a Glasgow, les habría enseñado el camino, sin palabras, con un gesto: devolver con creces lo que había robado. Es la clave para salvar el Planeta de una hecatombe, y es la clave para salvar a la persona humana de su autodestrucción. Serán los Zaqueos que se dejen mirar-contemplar por Jesús, los que irán creando con su generosidad las micro-redes de energía que aprovechando el sol y el viento, que se nos regalan, alimentarán nuestras redes energéticas. De hecho ya lo hacen: cuando hace un tiempo hubo un apagón general en el norte de California por incendios incontrolados, fueron los indios nativos quienes regalaron el exceso de energía acumulada en sus micro-redes y gracias a ellos, los respiradores y los quirófanos y la sala de partos… en los hospitales, pudieron aguantar unos días.
Zaqueo es ese lado de nuestra persona que es ignorante de lo oscura que es su sombra hasta que se encuentra con la luz de una mirada bondadosa y penetrante. Mirada que lo transforma todo.
¿Os imagináis a los representantes de todo el mundo, implementando en Glasgow la metodología Zaqueo? En Lucas 19,1-9 está ese relato, que tiene la frescura de adaptarse a todos los tiempos, y a todas las conciencias y realidades. Tiene el contagio de Jesús, que cuando nos llega, nos volvemos un poco ilusxs, un poco niñxs, un poco profetas y profetisas.
La eucaristía que Zaqueo le ofrece a Jesús, les deja a ambos impactados. Zaqueo ha encontrado el tesoro; la vida de la que habla el Maestro le llega a los tuétanos y poco a poco va soltando sus amarres, sus riquezas obtenidas de aquella manera, pero suyas ahora, su seguridad al fin y al cabo. Jesús no le pide nada, a diferencia de al joven rico a quien le sugiere vender todo y dárselo a los pobres.
Zaqueo parte su pan con el Maestro, le invita a su casa, le ofrece una cena. Jesús descansa en casa de alguien a quien su religión condena. Los de su religión le acosan a preguntas para pillarle y quitarle de en medio. Zaqueo le ofrece un espacio de seguridad y discipulado, porque ambos aprenden del otro. Y como lxs amigxs de verdad, se admiran mutuamente, porque la quimera de uno se contagia al otro. El método Zaqueo salvaría el Planeta, trae luz a nuestra sombría sombra, llena de Eucaristía la desolación del rico ambicioso, siempre solitario y a la defensiva. Como los países ricos que no quieren dar su brazo a torcer por miedo a perder relevancia y poder. Y así son los holocaustos, que siguen ocurriendo en nuestras fronteras, en nuestros mares y océanos. Allí están los desahuciados por un sistema que juega con ellxs, y Zaqueo tiene la solución.
El tema está en «rezando y con el mazo dando». Día a día más instituciones y hogares se suman a las energías renovables. Es como el Evangelio hecho carne en personas que lo arriesgan todo, no en las grandes instituciones que hablan de ello, pero el compromiso real siempre, siempre llega tarde para los pequeños y vulnerables, que cada día son más.
La otra reunión la tuvimos el domingo, nuestra comunidad de Magdala casi al completo en pantalla, con risas y compartires y abrazos virtuales, seguida del Compartir y Celebrar al que estabas invitadx y fue una pasada de realismo esperanzado, de entrega a lo Zaqueo, de escucha intensa y prolongada, más allá de las palabras. Hubo compartires entrañables, no sólo del Evangelio del domingo, sino del Evangelio que había tocado a la gente, y era vivo, muy vivo. Gracias a todxs.
Esta comunidad de Magdala es un poco a lo Zaqueo. Personas que están ocupadas, que tienen otras cosas muy interesantes…invierten de lo mejor de sí compartiendo, contando, preguntando, estando.
Gracias a todos los Zaqueos de nuestra vida, que con su generosidad nos devuelven lo que en algún momento parecía nos quitaban: tiempo, dinero, energía…y no, era el Reino en aquella persona que a veces costaba comprender.
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