Víctor Codina, SJ
No es la primera vez ni es extraño que en la Iglesia haya grupos discrepantes y opositores, desde Pablo que se enfrentó a Cefas-Pedro en Antioquía (Gal 2,14) hasta nuestros días.
Los hubo desde los primeros concilios hasta los dos últimos. En el concilio Vaticano I (1870) un grupo de obispos y de teólogos estaban en contra de la definición de la infalibilidad pontificia. Algunos no aceptaron el concilio y se separaron de Roma, dando lugar a los llamados Vétero-católicos. Otros, sin abandonar la Iglesia, no quisieron participar ni asistir a la última votación conciliar sobre la infalibilidad y alguno de ellos estaba tan enojado, que lanzó todos los documentos conciliares al río Tíber. ··· Ver noticia ··
No hay comentarios:
Publicar un comentario