¿Quién no se ha sentido invitado a formar parte del equipo de remeros de Jesús? Pues a remar. Y no vale decir que no estamos en forma, que ya nos entrenarán. Aunque parezca que no, sigue habiendo pescados en los infinitos lagos de la vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario