Alberto Revuelta
En cuanto nuestra madre nos miraba diagnosticando un “nene estás amarillo y con ojeras”, o su equivalente “más amarillo que la pajuela”, nos hacía tragar un vasico de agua de Carabaña, un purgante cuyo sabor puedo reproducir en primavera y a finales de otoño como si lo estuviera tomando ahora.
··· Ver noticia ···
No hay comentarios:
Publicar un comentario