Jaime Richart
La mayoría de los curas del franquismo eran odiosos para los perdedores de la guerra, por su engreimiento, su dogmatismo y el fascista que llevaban dentro. Y, odiosos son hoy día esos obispos que proclaman sin escrúpulos, obscenamente, aberraciones como la de que es más grave el aborto que la pederastia tan frecuente entre ellos.
Pero si aquellos y estos son odiosos, hoy, en esta democracia de pacotilla no menos odiosos son esos abundantes periodistas de prensa, televisión y radio privadas sectarios, franquistas mal disimulados, subvencionados o no, que hacen propaganda directa o indirecta, sin ningún pudor, del neoliberalismo salvaje y del inmovilismo más tozudo.
Periodistas, o pseudoperiodistas, que dieron un puntapié a aquellos curas del franquismo sacándoles del púlpito, para ponerse ellos a predicar odio a todos los que no secundan esa miserable ideología superpuesta a la del franquismo, pensada para gobernar sólo a los ricos…
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