Nuestro Dios es un dios de vida, no de muerte. Dios no quiere ni la muerte, ni la enfermedad, ni el sufrimiento, ni el dolor.
Es frecuente oír, incluso entre gente muy religiosa, palabras como éstas: "Dios le ha enviado una enfermedad", "esta enfermedad es una prueba que te ha enviado Dios". O, hablando de la muerte, oímos: "Dios lo ha querido así", etc. etc.
Y cuando oímos o decimos todo eso, pensamos que estamos hablando de un modo muy religioso, muy creyente. ¡Pues no!, no es eso lo que hemos escuchado en la primera lectura del libro de la Sabiduría. ¿Lo recordáis? IR A LA PÁGINA
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