Jesús, primero nos revela la fuente de la vida, y después nos habilita para adentrarnos en ella (Shelby Spong)
15 de marzo, domingo IV de Cuaresma
Jn 3, 14-21
-Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado este Hombre, para que quien crea en él tenga vida eterna
Moisés ha enarbolado en el desierto la serpiente de bronce que sana a quienes, heridos, la contemplan (Números 21, 9). Para Juan es la prefiguración del Hombre que salva la Humanidad. En la ópera Fedora de Umberto Giordano, la protagonista canta un aria –Ed ecco il suo ritratto- en la que podemos intuir la figura salvadora de Jesús, con sólo mirar sus grandes ojos brillantes de lealtad y su amplia frente que piensa en mí.
En el segundo acto, el conde ruso Loris Ipanov, en el aria más breve de la Historia de la Ópera, nos le identifica en este caso con su amante cuando dice de él que el amor le prohibe no amar, que su dulce mano busca apretar la nuestra, y que sus ojos dicen que nos ama.
Volviendo a la protagonista podríamos entonces repetir con ella, inmersos ya en las profundidades del Jesús universal, lo de "respiro aquí el efluvio de sus dulces pensamientos; escucho aquí las llamadas de sus labios fieles... ¡Ah! Siento que aquí comienza otra vida para mí.
Jesús, primero nos revela la fuente de la vida, y después nos habilita para adentrarnos en ella, nos dice John Shelby Spong en Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo. Aunque con frecuencia el hombre es ajeno a estas revelaciones. La fuente de la vida parece entonces cegada, y la Humanidad Amanece en Puerta Oscura. Como en la historia de Anne y Georges narrada por Michael Haneke –Amour, Palma de Oro en el Festival de Cannes, 1912- la pantalla se queda completamente en negro a veces, y a veces en imagen fija, en total silencio de música y palabra.
La pantalla en negro unos cuantos segundos -y a veces la imagen fija- en total silencio de música y palabra. Segundos en los que de repente todo se oscurece. Es "como si la luz del exterior pudiera apagarse con un interruptor", como le sucedió a Eugen, el protagonista de la reciente novela -Contra la juventud, febrero 2015- de Pablo D'Ors. Y una vez más el hombre sólo ante el misterio.
En esa soledad y silencio crece. Y es quizás el momento de poner en marcha el alternador personal que carga, con su energía mecánica, todas nuestras baterías interiores. El hombre ha de valerse por sí mismo. Se libera la fuente de la vida, y las palabras de Juan han cambiado de sentido quedando clavadas en el desierto del AT para memoria de otros tiempos.
La súplica del poeta galés y pastor anglicano Ronald Stuart Thomas (1913-2000) nos muestra cómo darle luz y sentido a esa Noche Oscura del Alma –a ese Amanecer en Puerta Oscura- imprescindibles ambas para "salir de la adolescencia de la naturaleza" y caminar "hacia la adulta geometría de la mente".
-"Yo no rezo como en los viejos tiempos, Dios.Mi vida no es ya lo que era...Otrora hubiera pedido que me curaras...Ahora voy al médico.Me hubiera arrodillado en largo rato, luchando contigo, desgastándote.Escucha mi oración,Señor, escucha mi oración....como si fueras un sordo. MiríadasDe mortales han mantenido su estridente llanto,Explicando tu silencio con su incapacidad.
Comienza a parecerme que la oración no es eso.Es la aniquilación de las diferencias,la conciencia de mi mismo en ti, de ti en mí;el salir de la adolescencia de la naturalezahacia la adulta geometría de la mente...Por circular que sea nuestro caminono conduce de nuevo a ese jardín encantado por la serpientesi no hacia delante, a la alta ciudadde cristal que es el laboratorio del espíritu"
(R. S. Thomas)
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