- Por: Elena Martínez Ramos
Elena Martínez cuenta su experiencia de Voluntariado en Colima (México): "La experiencia de voluntariado que he realizado este año en México me ha dejado una huella imborrable en el corazón".
No en todos los lugares del mundo cuando abres un grifo puedes beber agua potable, eso que a nosotros nos parece tan normal. Cuando dejas las comodidades y te centras en lo esencial, en la persona, vives más intensamente. Solamente aprecias la bendición del agua fría cuando has estado corriendo y saltando con los niños en el patio durante horas.
En otras circunstancias en nuestras casas, nos quejaríamos si el agua para ducharnos nos saliese fría. Pero reconozco que bendita ducha de agua fría, después de haber estado al sol, jugando al baloncesto, cantando canciones de animación, etc.
La experiencia de voluntariado que he realizado este año en México me ha dejado una huella imborrable en el corazón, pues como bien dijo el padre Francisco, director de los Salesianos en Colima en una de las eucaristías, los voluntarios podíamos haber elegido otro destino para pasar nuestros días de vacaciones como por ejemplo Puerto Vallarta, Cancún, etc y sin embargo hemos preferido invertir nuestros ahorros en un billete de avión para viajar a una región mucho más humilde y poco conocida como Colima y regalar lo más valioso que podemos ofrecer los seres humanos y eso es el TIEMPO y el AMOR. Ah y no está de más que no se nos olvide las palabras GRACIAS y POR FAVOR. Pues son la base del SERVICIO.
El 13 de julio partimos hacia México, con una maleta llena de miedos y dudas pero con muchas ganas y hoy 13 de agosto regresamos a España con el corazón lleno de rostros de niños y niñas a los cuales les hemos regalado miles de abrazos, sonrisas, correcciones, palabras de cariño y que sin duda, nos han robado en estos días nuestro tiempo y nos lo han multiplicado, pues han sido días muy intensos.
Por las mañanas amanecíamos bien temprano, desayunábamos, realizábamos las tareas de limpieza propias de una casa, .Por las mañanas acudía al VAFEJE del DOSA (Vacaciones Felices con Jesús) Allí enseñaba baloncesto, juegos, canciones y lo más bonito de todo, eran las conversaciones en el patio: ¿Maestra cómo es España? ¿Se va a quedar aquí en Colima? ¿Va a regresar el año que viene? Era la primera vez que en aquel lugar se realizaba los cursos de verano y desde luego fue un éxito, pues el número de niños y niñas fue incrementando de 30 del primer día a 100. Algo maravilloso sucedió, y es que todos los voluntarios dimos lo mejor de nosotros mismos, y los niños se sintieron felices, eso fue lo que les hizo regresar día tras día y no sólo eso, sino que decidieron compartir su felicidad con otros amigos, primos, de tal forma que el patio se iba llenando de más niños.
Y por las tardes y las noches estaba en la Casa Hogar del Niño Colimense. Un lugar seguro y confiable donde viven de lunes a viernes 60 niños/as, ya que en sus casas viven situaciones de riesgo.
¿Quién se ha levantado y ha dado las gracias por otro día más de vida, por poder estudiar, por tener una familia? No olvidemos que vida sólo tenemos una. Seamos agradecidos con todo lo que Dios nos ha dado. ¿Por qué no solemos preguntar a los de nuestro alrededor si son felices? Pues yo digo que es bueno plantearse si lo que estamos haciendo en nuestro día a día, nos hacer ser felices y hacer felices a los demás. Y algo básico también: ¿expresamos nuestros sentimientos de amor hacia nuestras familias, amigos?
¡México y España unidos por Don Bosco! No importa en qué continente estés, cuando te mueven y te impulsan los mimos valores, y te sientes como en CASA, en FAMILIA, disfrutando en el PATIO y enseñando en la ESCUELA los valores que te ayudan a crecer para la vida. Aprovecho para nombrar una cita de Benito Juárez “El respeto al derecho ajeno es la paz” y respeto es precisamente cuidar que nuestras actitudes no ofendan o disgusten a los demás. Así que mi pequeño consejo es siempre actuar con humildad y respeto especialmente cuando nos encontramos en un país que no es el nuestro, y en una cultura diferente.
A lo único que no me acostumbré fue al chile, incluso aprendimos palabras que utilizaban los niños: Qué chido! Está padrísimo! Mi mayor satisfacción ha sido durante este tiempo, a pesar del calor, sudor y cansancio haber visto a los niños/as alegres, felices y sintiéndose queridos. Y como decía Don Bosco:
“He prometido a Dios que hasta mi último aliento sería para mis queridos jóvenes”
Gracias a Dios por darme la oportunidad de seguir creciendo y madurando como persona, a los Salesianos por brindarme la maravillosa ocasión de ofrecer un servicio de voluntariado que me ha transformado y renovado como cristiana y a mi familia por preocuparse y ocuparse siempre de mí.
En otras circunstancias en nuestras casas, nos quejaríamos si el agua para ducharnos nos saliese fría. Pero reconozco que bendita ducha de agua fría, después de haber estado al sol, jugando al baloncesto, cantando canciones de animación, etc.
La experiencia de voluntariado que he realizado este año en México me ha dejado una huella imborrable en el corazón, pues como bien dijo el padre Francisco, director de los Salesianos en Colima en una de las eucaristías, los voluntarios podíamos haber elegido otro destino para pasar nuestros días de vacaciones como por ejemplo Puerto Vallarta, Cancún, etc y sin embargo hemos preferido invertir nuestros ahorros en un billete de avión para viajar a una región mucho más humilde y poco conocida como Colima y regalar lo más valioso que podemos ofrecer los seres humanos y eso es el TIEMPO y el AMOR. Ah y no está de más que no se nos olvide las palabras GRACIAS y POR FAVOR. Pues son la base del SERVICIO.
El 13 de julio partimos hacia México, con una maleta llena de miedos y dudas pero con muchas ganas y hoy 13 de agosto regresamos a España con el corazón lleno de rostros de niños y niñas a los cuales les hemos regalado miles de abrazos, sonrisas, correcciones, palabras de cariño y que sin duda, nos han robado en estos días nuestro tiempo y nos lo han multiplicado, pues han sido días muy intensos.
Por las mañanas amanecíamos bien temprano, desayunábamos, realizábamos las tareas de limpieza propias de una casa, .Por las mañanas acudía al VAFEJE del DOSA (Vacaciones Felices con Jesús) Allí enseñaba baloncesto, juegos, canciones y lo más bonito de todo, eran las conversaciones en el patio: ¿Maestra cómo es España? ¿Se va a quedar aquí en Colima? ¿Va a regresar el año que viene? Era la primera vez que en aquel lugar se realizaba los cursos de verano y desde luego fue un éxito, pues el número de niños y niñas fue incrementando de 30 del primer día a 100. Algo maravilloso sucedió, y es que todos los voluntarios dimos lo mejor de nosotros mismos, y los niños se sintieron felices, eso fue lo que les hizo regresar día tras día y no sólo eso, sino que decidieron compartir su felicidad con otros amigos, primos, de tal forma que el patio se iba llenando de más niños.
Y por las tardes y las noches estaba en la Casa Hogar del Niño Colimense. Un lugar seguro y confiable donde viven de lunes a viernes 60 niños/as, ya que en sus casas viven situaciones de riesgo.
¿Quién se ha levantado y ha dado las gracias por otro día más de vida, por poder estudiar, por tener una familia? No olvidemos que vida sólo tenemos una. Seamos agradecidos con todo lo que Dios nos ha dado. ¿Por qué no solemos preguntar a los de nuestro alrededor si son felices? Pues yo digo que es bueno plantearse si lo que estamos haciendo en nuestro día a día, nos hacer ser felices y hacer felices a los demás. Y algo básico también: ¿expresamos nuestros sentimientos de amor hacia nuestras familias, amigos?
¡México y España unidos por Don Bosco! No importa en qué continente estés, cuando te mueven y te impulsan los mimos valores, y te sientes como en CASA, en FAMILIA, disfrutando en el PATIO y enseñando en la ESCUELA los valores que te ayudan a crecer para la vida. Aprovecho para nombrar una cita de Benito Juárez “El respeto al derecho ajeno es la paz” y respeto es precisamente cuidar que nuestras actitudes no ofendan o disgusten a los demás. Así que mi pequeño consejo es siempre actuar con humildad y respeto especialmente cuando nos encontramos en un país que no es el nuestro, y en una cultura diferente.
A lo único que no me acostumbré fue al chile, incluso aprendimos palabras que utilizaban los niños: Qué chido! Está padrísimo! Mi mayor satisfacción ha sido durante este tiempo, a pesar del calor, sudor y cansancio haber visto a los niños/as alegres, felices y sintiéndose queridos. Y como decía Don Bosco:
“He prometido a Dios que hasta mi último aliento sería para mis queridos jóvenes”
Gracias a Dios por darme la oportunidad de seguir creciendo y madurando como persona, a los Salesianos por brindarme la maravillosa ocasión de ofrecer un servicio de voluntariado que me ha transformado y renovado como cristiana y a mi familia por preocuparse y ocuparse siempre de mí.
"La Vida es Actitud"
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