- Por: Marian Serrano
A su regreso del Consejo Mundial de Salesianos
Cooperadores que tuvo lugar entre el 22 y 26 de febrero, Raúl Fernández
Abad, consejero mundial para la Región Ibérica, conversa con nosotros y
nos cuenta que supone el trabajo que están realizando.
¿Qué supone para la Asociación la realización de este consejo?
El Consejo mundial es el órgano de animación y de gobierno de la Asociación de Salesianos Cooperadores a nivel mundial. De aquí deben salir iniciativas, propuestas, orientaciones en las que la Asociación debe trabajar. Es un lugar donde ponemos en común las actividades e iniciativas de cada región. En la actualidad se reúne una vez al año y marca orientaciones para el trabajo en cada Región. Tenemos que trasmitir a la Asociación que no estamos solos en nuestros centros locales sino que hay más gente como nosotros que trabaja y vive como nosotros, teniendo como libro de referencia el Proyecto de Vida Apostólico.
¿Cómo está organizado y cuál es vuestro trabajo?
En 2015 se renovó casi la totalidad del mismo. Se eligieron 12 consejeros mundiales. En el 2016 se eligió un nuevo secretario mundial y una nueva administradora mundial. Con el trabajo y la reflexión del anterior Consejo se ha visto en la necesidad de que tengamos reuniones periódicas, una vez al año.
Ponemos en común nuestros proyectos, nuestras iniciativas y nuestras oportunidades para crecer. Es un lugar donde se escucha más que se aporta porque descubres realidades y experiencias que te hacen reflexionar y trazar una línea de trabajo en común que se plasmó en la anterior reunión con un proyecto común para la Asociación en el ámbito formativo, de identidad y misión, de autonomía y de visibilidad.
¿Qué te has traído de allá?
En el plano personal mucho entre otras cosas amistades que pueden ser duraderas. He conocido muy buena gente donde no solo hemos compartido nuestra visión de la Asociación, la realidad de la Asociación en nuestra región sino también hemos compartido nuestro estado de ánimo, nuestras dudas, nuestros problemas, en definitiva, hemos compartido nuestra vida.
En el plano asociativo muchas experiencias de cómo se trabaja en otras regiones, la diferencia de cada región. Este último aspecto es muy importante. Tenemos 12 regiones en Salesianos Cooperadores y ninguna es igual. Cada una tiene sus puntos fuertes y cada una tiene sus puntos débiles. Lo que en una región funciona no es exportable tal y como funciona a otra. Tenemos que saber adaptarnos a la realidad en cada lugar. Al igual que pasa en los centros de una misma provincia. Esto te hace aprender lo importante que es escuchar, valorar, descubrir que es lo importante y aplicarlo adaptado al momento y al lugar donde te encuentras. Sin perder la esencia, pero adaptándolo al lugar donde estás. Lo que es solución en Coruña Calvo Sotelo no es solución para La Cuesta. Lo que hay que mantener es el mensaje.
¿Hay algún proyecto común reseñable?
El primer proyecto común reseñable es el nuestro, valga la redundancia de la palabra, proyecto del Consejo mundial. Ahí es donde intentamos que nuestras regiones converjan. La Formación, la Misión, la Autonomía en la Comunión y la Visibilidad son los cuatro ejes de este proyecto
El segundo proyecto es la preparación del próximo Congreso mundial en octubre del 2018. Un Congreso en donde los salesianos cooperadores somos llamados e interpelados a ser corresponsables en la respuesta de los nuevos retos. No podemos estar de espaldas a los nuevos retos que tanto la Sociedad por un lado nos plantea, así como nuestro Santo Padre. Donde aparezca la palabra “alegría” ahí debemos estar presentes y el Papa lo dice mucho en sus exhortaciones apostólicas.
¿Algo que como Consejero mundial de los Salesianos Cooperadores quieras decir a la Familia Salesiana?
Me gustaría haceros partícipes de parte del mensaje final de D. Eusebio Muñoz, delegado del Rector Mayor para la Familia Salesiana. En su intervención no decía que la Familia Salesiana es una de las mayores familias carismáticas de la Iglesia. Que tiene una fuerza descomunal pero que nos falta visibilidad como Familia. Que tenemos que trabajar juntos, que tenemos que llevar adelante proyectos juntos (“insieme”).
Este mensaje me da mucho que pensar y creo que no son palabras de D. Eusebio, sino que vienen directamente de nuestra cabeza visible, nuestro Rector Mayor. Ya Don Bosco nos recordaba que cuando un grupo de frágiles cuerdecillas se unen son casi irrompibles. En octubre de este año los Salesianos Cooperadores van a celebrar un Encuentro regional en octubre donde el lema es “Juntos unidos en la Misión: La Familia Salesiana” donde se va a reflexionar y se van a buscar caminos donde estar unidos, donde trabajar unidos, donde se van a descubrir experiencias que se están realizando en las provincias y en las casas donde ya la Familia Salesiana está trabajando juntos. Sin perder cada uno su autonomía, su identidad, su sentido de pertenencia al grupo de origen tenemos que estar unidos y ser visibles en la Iglesia y en la Sociedad. Esta visibilidad es por nuestro trabajo. El próximo Sínodo es una oportunidad donde la Familia Salesiana llevemos, además de la aportación personal de cada uno de nuestros movimientos una aportación conjunta de la Familia Salesiana. Dándole la vuelta al lema de nuestro encuentro diría “La Familia Salesiana: juntos unidos en la Misión”
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