Germán Gorráiz López, analista
Tras
la fachada neoliberal de la Alianza del Pacífico se escondería un
refinado proyecto de ingeniería geopolítca cuya finalidad última sería
dinamitar el proyecto político-integracionista representado por la
UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos
progresista-populista de la región,en especial de Venezuela tras quedar
huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana (Chávez) así como
finiquitar el proyecto integrador económico del MERCOSUR, proceso de de
integración económico creado en en 1991 tras la firma del Tratado de
Asunción entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay al que
posteriormente se habría incorporado Venezuela como Estado parte,
quedando Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador,Chile, Surinam y Guyana como
“Estados asociados”.
Dicha estrategia fagocitadora tendría como objetivos a medio plazo
aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e
incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y
Uruguay) , siguiendo la teoría kentiana del “palo y la zanahoria “
expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la
Política Mundial Norteamericana” (1949). En dicho libro, Kent afirma que
“ la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la
guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada
con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas. La
clase de guerra en que se emplean […] (son la) guerra política y la
guerra económica.” Los fines de estos tipos de guerra fueron descritos
por este autor de la siguiente manera: “en estas guerras no
convencionales se trata de hacer dos cosas:debilitar la voluntad y la
capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y
capacidad para vencer” y más adelante añade que los instrumentos de la
guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo,
la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un
lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el
trueque y los convenios comerciales por otro”.
El incierto futuro de la democracia en México
La revista Foreign Policy, ( edición de enero-febrero, 2012), publicó
un análisis de Brzezinski titulado “After America” (”Después de
América”), donde analiza la tesis de la decadencia de los EEUU debido a
la irrupción en la escena global de nuevos actores geopolíticos (China y
Rusia) y de sus posibles efectos colaterales en las relaciones
internacionales. Respecto a México, Brzezinski afirma que “el
empeoramiento de las relaciones entre una América (EEUU) en declinación y
un México con problemas internos podría alcanzar niveles de escenarios
amenazantes”. Así, debido al “caos constructivo” exportado por EEUU y
plasmado en la guerra contra los cárteles del narco iniciada en el
2.006, México sería un Estado fallido del que sería paradigma la ciudad
de Juárez, (la ciudad más insegura del mundo con una cifra de muertes
violentas superior al total de Afganistán en el 2009), por lo que para
evitar el previsible auge de movimientos revolucionarios
antiestadounidenses se procederá a la intensificación de la
inestabilidad interna de México hasta completar su total balcanización y
sumisión a los dictados de EEUU. Así, la política anti-inmigración de
Trump aunado con el proteccionismo económico ( finiquito del NAFTA) e
implementación de aranceles a los productos mexicanos, conllevará una
severa constricción de las exportaciones de productos mexicanos a EEUU
así como de la entrada de remesas de dólares en México, lo que podría
suponer una debacle económica y social y terminar por desencadenar
frecuentes estallidos de conflictividad social, siendo previsible una
clara regresión de las libertades democráticas y un posible regreso a
escenarios ya superados de intervención del Ejército ”como “garante del
orden constitucional”.
¿Hacia el final de Petrocaribe?
Petrocaribe fue creado en 2005 por iniciativa de Venezuela con el
objetivo de suministrar combustibles a los países miembros en
condiciones ventajosas de pago, como créditos blandos y bajas tasas de
interés y estaría integrado por 18 países (incluidos Honduras,
Guatemala, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Belice y una
decena de islas del Caribe) y según las autoridades venezolanas, el país
exporta 100.000 barriles diarios a los países del bloque que generaban
una factura de 4.000 millones de dólares, de la cual una parte se paga
en “efectivo” y el resto estaría subsidiado. La nueva estrategia de EEUU
sería estrechar lazos comerciales y militares con los países de
Petrocaribe ante el peligro de contagio mimético de los ideales
revolucionarios chavistas al depender en exclusiva de la venezolana
Petrocaribe para su abastecimiento energético, empezando por el
presidente dominicano Danilo Medina y en este contexto, la
Administración Obama celebró una Cumbre de Seguridad Energética en el
Caribe en la que instó a los países de la región a diversificar sus
fuentes de energía, confiar más en las inversiones privadas y reducir
así su dependencia de Petrocaribe. Por otra parte, China habría asumido
el reto de construir el Gran Canal Interoceánico en Nicaragua para
sortear el paso del estrecho de Malaca, (dicho estrecho es vital para
China al ser la ruta principal para abastecerse de petróleo pero se
habría convertido “de facto” en una vía marítima saturada y afectada por
ataques de piratas), por lo EEUU procederá a desestabilizar el gobierno
de Daniel Ortega dentro de su estrategia geopolítica global de secar
las fuentes energéticas chinas.
¿Venezuela como víctima colateral de la Guerra Fría EEUU-Rusia?
En Venezuela, asistimos a una imposible cohabitación política y a una
división casi simétrica de la sociedad venezolana que será aprovechado
por EEUU para implantar “el caos constructivo de Brzezinski” mediante
una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluirá el
desabastecimiento selectivos de artículos de primera necesidad, la
amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana y la
posterior petición al Ejército para que se erija en “salvador de la
Patria”, plan diseñado por la CIA y que contando con la inestimable
ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental
de EEUU), podría llegar a finiquitar el régimen post-chavista. Así, el
acuerdo chino-venezolano por el que la empresa petro-química estatal
china Sinopec invertirá 14.000 millones de dólares para lograr una
producción diaria de petróleo en 200.000 barriles diarios de crudo en la
Faja Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más
abundante del mundo), sería un misil en la línea de flotación de la
geopolítica global de EEUU (cuyo objetivo inequívoco sería secar las
fuentes energéticas de China), por lo que no sería descartable un
intento de golpe de mano de la CIA contra Maduro para finiquitar el
legado chavista.
Brasil y Argentina, los nuevos gendarmes neoliberales de Sudamérica
Brasil forma parte de los llamados países BRICS (Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica) y aunque se descarta que dichos países forman
una alianza política como la UE o la Asociación de Naciones del Sureste
Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque
económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el
horizonte del 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB
combinado de 34.951 Billones de $) y el objetivo inequívoco de Putin era
neutralizar la expansión de EEUU en el cono sur americano y evitar la
posible asunción por Brasil del papel de “gendarme de los neoliberales”
en Sudamérica, pues Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero
geopolítico diseñado por EEUU para América Latina ya que le considera
como un potencial aliado en la escena global al que podría apoyar para
su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente,
con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la
Geopolítica Mundial.
Recordar que la decisión de la presidenta brasileña Dilma Rousseff de
posponer su visita de Estado a Washington (decisión avalada por los
principales asesores de Rousseff, entre ellos su antecesor y mentor Lula
da Silva), entrañó el riesgo de una peligrosa confrontación entre las
dos grandes potencias del continente americano, pues según Lula “los
americanos no soportan el hecho de que Brasil se haya convertido en un
actor global y en el fondo, lo máximo que ellos aceptan es que Brasilia
sea subalterno, como ya lo fue”. Así, Rousseff tras afirmar que “el
espionaje ilegal representa una violación de soberanía incompatible con
la convivencia democrática entre países amigos”, exigió a Estados Unidos
explicaciones convincentes de las razones de la Agencia de Seguridad
Nacional (NSA) para presuntamente violar las redes de computadoras de la
petrolera estatal Petrobras y tras su enérgico discurso en la apertura
de la 68 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), se habría
granjeado la enemistad de la Administración Obama que procederá a la
implementación del “caos constructivo” en Brasil para desestabilizar su
mandato presidencial (impeachement), no siendo descartable un golpe de
mano militar para implementar un Estado Militar-Presidencialista en el
horizonte del próximo quinquenio.
Respecto a Argentina, en el encuentro privado que mantuvieron en
Cannes CFK y Obama en el marco del G-20, la mandataria argentina no
habría sido sensible a las tesis de Obama y no habría aceptado la
reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU en territorio
argentino coordinados por EEUU,( pues de facto habría significado la
ruptura de la nueva doctrina militar diseñada para la región por los
gobiernos que suscribieron la UNASUR, cuyo primer Secretario General fue
precisamente Néstor Kirchner) por lo que CFK se habría convertido en un
elemento incómodo para la estrategia fagocitadora de EEUU. Así, tras la
victoria de Macri, asistiremos al ingreso de Argentina en la Alianza
del Pacífico, quedando tan sólo Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y
Bolivia como países díscolos a las tesis de una EEUU que procederá a
implementar lapolítica del Big Stick o “Gran Garrote”, (cuya autoría
cabe atribuir al presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt),
sistema que desde principios del siglo XX ha regido la política
hegemónica de Estados Unidos sobre América Latina, siguiendo la Doctrina
Monroe ,“América para los Americanos”.
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