El flujo no se detiene en Presevo, en la frontera entre Serbia y Macedonia, por donde cada día pasan unas 2.000 personas.
La luz de una linterna parpadea en el paso fronterizo de Tabanovce, entre Serbia y Macedonia, en medio de una oscuridad penetrante a una temperatura de 15 grados bajo cero. El sonido de las ruedas de unas maletas tambaleándose por un camino de piedras y barro se va acercando y se mezcla con el compás de una tos infantil. ··· Ver noticia ···
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