Davos y los cristianos José María García Mauriño

Davos es el lugar de Suiza donde se donde se reúnen cada año las élites sociales y económicas del mundo. En este año 2016 han acudido los más ricos del mundo, como por ejemplo, Carlos Slim, Ana Botín, el FMI, y otros muchos jefes de Estado y de gobierno, para examinar la situación económica del mundo y dar las oportunas directrices. A esta reunión le ha contestado un informe de Oxfam que lleva por titulo *Una economía al servicio del 1 %*.En él se dice que los 20 españoles más ricos tienen tanta riqueza como el 30% más pobre. Según este estudio de Oxfam, el patrimonio de las grandes fortunas subió un 15% en 2015 mientras que el el 99% restante cayó un 15%.

Esto significa que la economía mundial se está gestionando de tal manera que se ha constituido en el sistema económico, político, jurídico y militar, más violento y canalla que ha conocido la historia de la humanidad. Jamás hubo en el mundo ni tiranos, ni dictadores, dotados con un poderío semejante y de cuya conducta se siguieran consecuencias tan mundialmente destructivas y causantes de tanta devastación, tanta humillación, tanta desigualdad, tanto sufrimiento y tanta muerte. No estamos hablando de los campos de exterminio de la segunda guerra mundial.

Lo que tenemos ante todos, y a la vista de todos, son naciones y continentes de exterminio, de los que las 62 personas más ricas del mundo (y sus más cercanos colaboradores) saben que podrán seguir concentrando riqueza sobre la base de que más de 3.000 millones de seres humanos se vean cada año más limitados en sus posibilidades de seguir viviendo. Con un agravante estremecedor. No se trata sólo de reducir la población mundial a la mitad, puesto que somos 7.200 millones. Lo que estamos viendo es que un genocidio, que nadie pudo imaginar, se está llevando delante de la forma más “natural” del mundo, la reunión de los poderosos del planeta,. Y en ella se acepta incluso que el planeta tierra quede destrozado y sin remedio para siempre.

No denunciamos la perversión moral de los más ricos y sus colaboradores.

Denunciamos la perversión del sistema. Y denunciamos, por tanto, a cuantos desean que este sistema funcione mejor. Es decir, los que piden la “estabilidad” política. Porque eso equivale a desear que aumente la desigualdad, el sufrimiento y la devastación.

Los cristianos estamos con las víctimas del sistema. Este fue nuestro compromiso en la IX Asamblea de la Iglesia de base de Madrid 2012, *Los cristianos con las víctimas del sistema. Compromiso y lucha por la justicia”. Y en la Asamblea de Representantes de 2014, el 23 de Abril las CCBM nos declaramos “antisistema”. En este escenario de Davos ya sabemos dónde situarnos. Lo que tal vez se nos pide políticamente es no estar con esa derecha, sea del partido que sea, que identifica sus objetivos con los objetivos del capitalismo liberal. No queremos ser cómplices de las

consecuencias de destrucción y muerte propias del sistema.