Enviado a la página web de Redes Cristianas
Ya se sabe que la política es una actividad que no se caracteriza
precisamente por la veracidad y la sinceridad de sus oficiantes, sino
por todo lo contrario. Todos los políticos mienten y hacen promesas a la
ligera que luego rara vez cumplen cuando llegan al gobierno. Pero, como
en todo, hay grados, y, como en todo, se producen diferentes
repercusiones según la materia en la que un gobernante miente. Desde
luego negar una evidencia con una mentira imposible de pasar por alto
es, además de una mentira que degrada a quien miente, un ultraje a
quienes va dirigido el relato mentiroso.
Y esto es a lo que el gobierno se dedica
principalmente. Es archiconocida la frase del ministro de Hitler,
Goebbels, que afirma que una mentira repetida mil veces acaba convertida
en verdad. Pero lo de este gobierno es, si cabe, más grave todavía.
Pues es capaz de negar sin pestañear las evidencias, tantas veces como
le convenga e instalado metódicamente en la impostura.
Es imposible que haya existido y existan otros dirigentes en el mundo
que hayan mentido y mientan, que haya incumplido e incumplan, tanto
como los del gobierno español. Si examinamos una por una sus
comparecencias y declaraciones institucionales ante parlamento y medios a
lo largo del bienio, lo que a cualquier ciudadano normal abochornaría y
desacreditaría para siempre en su vida social, los miembros de este
gobierno parece lo tienen a gala. Niegan haber dicho por norma lo que
dijeron, niegan haber mentido y, además, responden ufanos de su cinismo y
de su desfachatez sabiendo que mienten y sabiendo que la ciudadanía
sabe que mienten…
El último episodio que confirma esa universalmente repulsiva
jactancia de este gobierno está relacionado con los videos presentados
en la comisión parlamentaria que investiga la muerte de 15 inmigrantes
intentando entrar en el país por aguas de Ceuta. El gobierno ha
presentado todas las tomas de las cámaras instaladas en el lugar,
excepto la de la escena que el mundo entero ha podido incontables veces ver por televisión, en la que guardias civiles -sin duda por órdenes
superiores- disparan desde el espigón pelotas de goma sobre los quince
que nadaban hacia la playa causándoles la muerte por ahogamiento. Con
esto esta dicho todo acerca de un gobierno cuyo talante e ideología
están produciendo en la sociedad española unos efectos catastróficos,
que sólo tras muchas generaciones y si el mundo no ha saltado antes por
los aires, a duras penas podrán ser reparados.
No puede haber otra actitud más ilustrativa del miserable
absolutista, del miserable prepotente y del miserable fascista en el
poder institucional; ni tampoco actitud más decadente de un pueblo que
elige a facinerosos y mentirosos y luego, una vez descubiertos, tampoco
sabe cómo expulsarlos del poder…..
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