El Santo Padre de la Santa Iglesia Cristiana de Roma
tiene muy claro que antes que santo es una persona,
no quiere oro ni zapatos rojos,
como los zapatos de un emperador,
su sotana es mucho más sencilla
y lleva sandalias como el pescador.
Ha cambiado su trono por una silla de madera
para no olvidarse mientras viva de quien fue Jesús,
hijo de un humilde carpintero que era de Judea,
el que nació en un pesebre,
el que murió en una cruz.
En su pecho colgando,
la misma cruz de antes,
sin gemas ni zafiros
ni rubíes ni diamantes.
Quiere reformar la banca,
quiere tirar de la manta,
él quiere una Iglesia pobre,
hay que abrir el sobre
y todo lo que sobre
dárselo a los pobres.
Todo aquel que intentó
hacer lo mismo que tú
terminaba embalsamao
y dando vueltas en un ataúd.
Será por eso
por lo que no quiere guardaespaldas,
pues su mayor peligro
está delante de su cara.
Y no habla tanto del Cielo,
él besa a las personas
antes que besar el suelo.
Ojalá que viva muchos años
y que dure tu pontificado,
ojalá sea recordao
como el Papa Francisco,
el hombre que en nombre de Dios
se levantó un día contra el Vaticano.
Francisco Javier Márquez Mateos / David Márquez Mateos – Comparsa “Los Trovadores” (2014)
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