El promotor de la organización ciudadana Frente Cívico ‘Somos
Mayoría’ (FCSM), Julio Anguita, ha hecho este sábado un llamamiento a la
“desobediencia civil
integral” ante la “situación de excepción” actual, en la que impera “el
caos político, económico y ético”, llegando a afirmar Anguita que “no
pasa nada si la deuda no se paga”.
Es más, según ha argumentado en rueda de prensa,
acompañado por el también miembro del FCSM y profesor de Ciencias
Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Verstrynge, hay
que llegar a “un plante generalizado” del Sur de Europa, de los
ciudadanos de España, Portugal, Grecia e Italia a la “banca alemana”,
que es en realidad la que, según Anguita, está detrás del poder que
controla ahora a los gobiernos de dichos países, en los que los
ciudadanos “están pagando las alegrías de la banca”.
Hay una parte de la deuda que se está pagando a la banca que, a
juicio del promotor del FCSM, “es ilegítima”, pues “procede de los
robos” que supuestamente han practicado las entidades financieras
a los ciudadanos y “esa deuda no se paga”, según ha insistido Anguita,
para quien está claro, en el caso de lograrse que el pueblo español se
una en ese objetivo, que luego vendría el “efecto contagio” y se
sumarían los ciudadanos de los mencionados países del Sur de Europa, lo
que “sería el principio del fin del poder” ahora establecido.
Precisamente, ese es el objetivo que persigue el FCSM, “crear un
contrapoder”, para hacer frente al “problema” que representa el “poder
económico que está detrás del Gobierno” y que no es otro que “la banca
alemana, y no Merkel”, según ha precisado.
El FCSM, cuya Asamblea Estatal Constituyente tendrá lugar en Madrid
los días 6 y 7 de julio, según se ha determinado este sábado en Córdoba
por los representantes de este movimiento en los diversos territorios
del país, quiere servir de catalizador para la formación de ese
“contrapoder”, que estaría formado por el pueblo español, es decir, por
la “soberanía nacional”, según ha argumentado Anguita, quien define
dicho contrapoder como “una alternativa ética y legal de Estado”.
“Desobedicencia civil”
Para lograrlo hay que
llegar, según ha reiterado Anguita, a la “desobediencia civil integral
en el momento en que sea posible”, pero siempre desde un “rechazo total a
la violencia física”, dejando claro que los ‘escraches’ no suponen un
ejercicio de violencia, sino una forma que protesta civil que no puede ser criminalizada, y menos “en un país en el que se permite al cobrador del frac”.
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