El
Vaticano lanzó, oficialmente, esta semana, el “Evangelii Gaudium” o “La
alegría del Evangelio”, la primera exhortación apostólica escrita
exclusivamente por el Papa Francisco. El documento tiene 222 páginas y
está dividido en cinco capítulos que tratan sobre el valor del evangelio
y de la fe, la transformación misionera de la Iglesia, la crisis del
compromiso comunitario, la dimensión social de la evangelización, entre
otros asuntos.
Resaltando la “alegría del evangelio”,
el Papa se dirige “a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva
etapa evangelizadora marcada por esa alegría, y señalar caminos para la
marcha de la Iglesia en los próximos años”. La exhortación apostólica
agrega los trabajos del Sínodo dedicado a la “nueva evangelización para
la transmisión de la fe”, celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012, y se
basa en la “alegría de la fe”, en la conversión pastoral y misionera,
inclusive, del papado, y pide la reforma de estructuras eclesiales a fin
de lograr una Iglesia más misionera.
En el documento, el sumo pontífice invita también a las iglesias a
“no cerrar” sus puertas “para que todos puedan participar de alguna
manera en la vida eclesial” y porque la iglesia “no es una aduana” hay
lugar para todos. También invita a cuidar a los más débiles, como las personas sin vivienda, los drogadictos, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos “cada vez
más solos y abandonados”, los migrantes, por los cuales pide a los
países “una generosa apertura”, y las mujeres que sufren “situaciones de
exclusión, maltrato y violencia”.
El Papa también reitera la importancia de aumentar la responsabilidad
de los laicos, mantenidos “al margen de las decisiones”, un mayor
protagonismo de los jóvenes y la ampliación de los espacios para una
“presencia femenina más incisiva en la Iglesia”. E indicó que “no debe
esperarse que la Iglesia cambie su postura” sobre el aborto, pues “no es
progresista” resolver los problemas “eliminando una vida
humana”, aunque reconozca que la Iglesia hizo poco para acompañar a las
mujeres que se encuentran en esa situación, principalmente, en un
contexto de violación o extrema pobreza.
La exhortación apostólica critica también el consumismo tan evidente en el mundo actual
y dice que es “una tristeza individualista que brota del corazón cómodo
y avariento”, en la búsqueda de “placeres superficiales”. “Cuando la
vida interior se cierra en los propios intereses, ya no hay espacio para
los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya
no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por
hacer el bien”.
Finalmente, Francisco denuncia los ataques a la libertad religiosa y las nuevas situaciones de persecución a los cristianos, y destaca la importancia del ecumenismo como los hermanos ortodoxos.
El domingo 24 de noviembre, después de la misa de cierre del Año de
la Fe, el Papa ya había hecho una entrega simbólica del documento a un
grupo de 36 personas, representantes de los cinco continentes, en la
Plaza de San Pedro, en el Vaticano. También recibieron la exhortación un
obispo, un sacerdote y un diácono procedentes de Letonia, Tanzania y
Australia, respectivamente; un grupo de religiosos, jóvenes,
confirmados, un seminarista y una novicia, una familia, algunos
catequistas, confraternidades, movimientos y un ciego, que recibió una
versión en audio. “La alegría del Evangelio” también fue entregado a
algunos artistas para resaltar el “valor de la belleza” como forma
privilegiada de evangelización.
El texto fue escrito por el Papa durante el mes de agosto, después de
su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud, realizada en Río de
Janeiro. Este es el primer documento pontificio escrito solamente por el
papa argentino, ya que la encíclica “Lumen Fidei”, publicada en junio,
fue escrita conjuntamente con el papa emérito Benedicto XVI.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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