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viernes, 18 de octubre de 2013

Motivos de Alex: Estoy en huelga de hambre porque quiero que todo el mundo tenga para comer» Noemí López Trujillo


Álex Aceituna, un joven madrileño de 24 años, se ha unido a la huelga de hambre que comenzó el bilbaíno Jorge Arzuaga el pasado sábado 12 de octubre. Sus ideas son diferentes, pero su objetivo es común: protestar por un situación social (paro, recortes en Sanidad y Educación…) que ha atragantado al país
Dicen que pocas cosas unen más que un enemigo común, y en este caso, así ha sido. Jorge Arzuaga y Álex Aceituna tienen vidas e ideas muy diferentes. Jorge, de 25 años y de Bilbao, vino a Madrid a comenzar una huelga de hambre como activista, con el objetivo de reclamar la dimisión de un gobierno que él considera «ilegítimo por haber incumplido su programa electoral». Ha estudiado en la Universidad y reconoce que su situación familiar es buena comparada con el contexto social que le rodea. Un entorno que veía cada vez más «degradado» y que fue el que le impulsó a estar donde está hoy: en la Puerta del Sol, con una manta y a base de líquidos.
Álex, de 24 años y de Madrid, se ha unido a Jorge no para conseguir esta dimisión, algo que considera «imposible», sino para exigirle al Gobierno, que califica de «corrupto», cosas más concretas: «Estoy en huelga de hambre porque quiero que todo el mundo tenga para comer, que todo el mundo tenga un trabajo, que son las cosas básicas que preocupan a los ciudadanos».

Álex es huérfano de madre, con su padre apenas tiene contacto y a los 18 se independizó. Estudió hasta 2º de Bachillerato pero no lo acabó y, desde entonces, ha trabajado como encofrador, como reponedor, como transportista y como camarero. Hasta que hace unos meses se decidió a estudiar un Grado Superior de Educación Física. «Antes no quería estudiar, trabajaba en la construcción y pensaba que con eso tendría para vivir siempre. Pero la situación empeoró mucho, no había trabajo y el que había era en unas condiciones pésimas. Además, mis ideas han evolucionado y me di cuenta de que quería formarme», explica. Su último trabajo, que dejó el lunes para unirse a la huelga de hambre, consistía en cuidar a las hijas de una amiga.
Activista versus ciudadano

Álex asegura que apenas vivió el movimiento 15M y que la última manifestación a la que acudió fue hace ya unos años, convocada por Juventud Sin Futuro. «Apoyo al 15M en las formas, pero ideológicamente no, no en todo. Hay muchas cosas en las que estoy de acuerdo y en otras no. Mezclan muchas cosas, como desahucios y banderas republicanas, y para mí, que haya República o Monarquía es secundario. Lo importante es que a la gente no le falte ni trabajo ni de comer».

Sin embargo, cuando leyó sobre la acción de Jorge, él, que nunca había pensado en hacer una huelga de hambre, sintió curiosidad y se acercó a conocerlo. «Hablé con él, me pareció sensato y, al fin y al cabo, los dos estamos en contra de lo mismo: de los recortes en Sanidad y en Educación, de la corrupción, de que el Gobierno haga lo contrario de lo que prometió…. Son temas que, seas de la ideología que seas, le interesan a todo el mundo, o así debería ser», reconoce Álex.
Dialogar antes que discutir

Mientras Álex cuenta todo esto, las personas que se acercan —sobre todo, señoras mayores— a visitarles son muchas. Insisten en si necesitan algo de beber, les preguntan por su salud, les dan besos y abrazos o se sientan un rato a hacerles compañía.
«Es que ayer salimos en el programa de Ana Rosa y, desde entonces, vienen muchas ancianas diciendo que nos han visto en la tele y que qué pena», bromea Álex. También hay quienes acuden al lugar para decirles que lo que hacen es inútil. «En ese caso, les pedimos que nos expliquen por qué y dialogamos. Siempre es productivo para las dos partes», dice el madrileño.
De momento, ambos, Jorge en su quinto día de huelga y Álex en su tercero, tienen buen estado de salud, aunque en el momento en el que los médicos indiquen lo contrario —el SAMUR les hace controles cada dos días—, pararán.

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