Las protestas estudiantiles continúan el día antes de la huelga general de educación
La policía entra en la Universidad Autónoma de Madrid
A los cientos de alumnos que esta mañana se han manifestado en Madrid (y
en muchos otros puntos de España), convocados por el Sindicato de
Estudiantes, el fin de la recesión que pregona el Banco de España les
deja atónitos. Argumentan los de secundaria que se han quedado sin
becas de libros y los de Universidad -menos numerosos, aunque sí activos
en sus facultades- que podrían perderla con los nuevos requisitos.
Ello, y la reforma educativa que entrará en vigor el próximo curso, les ha llevado a las calles.
Otros compañeros lo han hecho en Barcelona y muchos más se sumarán
mañana como colofón a la huelga general (de educación infantil a la
Universidad) a la que han llamado todos los sindicatos, padres y
estudiantes. En paralelo, la policía entraba en la Universidad Autónoma
de Madrid para quitar una barricada, como ayer hizo en el campus de
Somosaguas de la Complutense sin el conocimiento del rectorado. Los
convocantes dicen haber convocado a 60.000 manifestantes mientras la
policía reduce el número a 1.200.
Las pancartas y gritos de los manifestantes -previsiblemente los
mismos que se escucharán mañana- se dirigían a la Iglesia, beneficiada
con la reforma tras incluirse una asignatura alternativa a la Religión:
“¿Catequesis? en su parroquia”, “Recortes a los banqueros y al clero”,
“Mis impuestos solo a la escuela aconfesional”. Contra
los efectos del derrumbe económico: “Educar es invertir, no gastar”,
“Su botín es mi crisis”, “Sin buena educación siempre estaremos en
crisis”. Contra el pensamiento único: “Pienso luego no sirvo”, “Educar
no amaestrar. Esa es la cuestión”. Y contra el ministro José Ignacio
Wert y la reforma: “Unos roban con pistolas y otros con leyes” o “Wert
habla y el PP baja. ¡Sigue, sigue camarada!”.
Respecto al seguimiento de la huelga de alumnos -solo convocada por
el Sindicato de Estudiantes-. en su segundo día el ministerio la habla
de un 18,8%, tras recabar los datos de seis Comunidades Autónomas, que representan el 49,4 por ciento del total de estudiantes. Por contra, la Junta de Andalucía baraja la cifra del 71% en su región.
A la manifestación han acudido representantes de los sindicatos pese a
que no convocaban. Y han aprovechado la ocasión para contestar a la
secretaria de Estado de Educación, Monserrat Gomendio, que ayer en un
vídeo acusó a las organizaciones sindicales de ir a la huelga no por
“razones relacionadas con la
reforma educativa” sino con las “mejoras salariales, reducción de carga
lectiva y de número de alumnos por clase”. En un documento posterior el Ministerio de Educación
puso en duda las cifras de afectados por la crisis que han dado las
agrupaciones. “La señora Gomendio solo tiene que mirar el anuario de
Hacienda que compara enero de 2012 y el de 2013. Se han perdido 24.000
docentes en la pública no universitaria, 4.600 en la Universidad y 1.600
de administración. Dicen esto porque no les quedan argumentos tras
quedarse solos en el Parlamento. En esta ocasión hasta salen a la calle
los sindicatos más conservadores, los que están más cerca de la órbita
de su partido”.
Gomendio se dirigió en especial a las familias con dos ideas. La
primera: “El colectivo de docentes tiene un puesto de trabajo asegurado
y, sin embargo, los padres se están enfrentando a unas tasas de
desempleo muy elevadas”. Y una segunda, referida a la preocupación por
las ratios profesor-alumno que siguen estando “por debajo de los de la
OCDE”. Miguel Latorre, de Enseñanza Pública de Fete-UGT, replica a la
secretaria de Estado: “El mayor ere que se ha hecho en este país ha sido
a la enseñanza pública. Miles de interinos se han quedado sin trabajo y
otros se han visto desplazados de centro después de 20 años. Nos están
intentando enfrentar a los padres cuando hay afectados entre nosotros.
Que no nos hablen de ratios bajas. Hay trampa, porque se dividen los
niños sobre el total cuando hay aulas rurales abiertas con cinco
alumnos”.
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